12/02/2019, 04:28
—A alguien tenía que darle el trabajo que TÚ no haces— Se llevó la mano a la boca, tapándose la risa. —Utage me contó que tuviste los huevos de unirte a la carrera... Al menos Riko pese a no tener mucho sentido común es un caballero de verdad, pero no me desvíen del tema.
—Mira, niña. Acá tenemos algo muy grave entre las manos. Hay un shinobi suelto por acá, que bien puede ser más peligrosos que los otros matones. Y quizás tenga algo que ver con el susodicho templo ese— Rodó los ojos.
—Supongo que quizás los tres que vinieron el otro día, usaban lo del pozo de pretexto cuando su objetivo principal era el templo. Si cancelábamos la carrera, nadie vigilaría la zona. Lo contemplé, pero es mejor no hablar mucho porque la voz se puede correr y no quiero llamar la atención de posibles mercenarios o cazarrecompensas que puedan empeorar la de por sí mala situación de Shirotora. El Festival de los Arroyos es de lo poco que podemos disfrutar en paz.— Agachó la cabeza y se llevó las manos a la cintura, taconeando con fuerza.
—Aunque me pongas de juez en la carrera, si no me das más detalles no podré hacer mucho.
—¿Y para eso tienes que explicarle a un desconocido la forma de acceder en templo?
—En realidad no se lo he dicho, no me dejaste. Pero debo decir que no me dejas muchas opciones. Estoy viendo que quién sea que esté por aquí, no les va a dejar que las cosas continúen tan bien. Puede que la seguridad de muchos el día de la carrera esté en peligro. Su amado festival terminará siendo un funeral masivo.
—Mira, niña. Acá tenemos algo muy grave entre las manos. Hay un shinobi suelto por acá, que bien puede ser más peligrosos que los otros matones. Y quizás tenga algo que ver con el susodicho templo ese— Rodó los ojos.
—Supongo que quizás los tres que vinieron el otro día, usaban lo del pozo de pretexto cuando su objetivo principal era el templo. Si cancelábamos la carrera, nadie vigilaría la zona. Lo contemplé, pero es mejor no hablar mucho porque la voz se puede correr y no quiero llamar la atención de posibles mercenarios o cazarrecompensas que puedan empeorar la de por sí mala situación de Shirotora. El Festival de los Arroyos es de lo poco que podemos disfrutar en paz.— Agachó la cabeza y se llevó las manos a la cintura, taconeando con fuerza.
—Aunque me pongas de juez en la carrera, si no me das más detalles no podré hacer mucho.
—¿Y para eso tienes que explicarle a un desconocido la forma de acceder en templo?
—En realidad no se lo he dicho, no me dejaste. Pero debo decir que no me dejas muchas opciones. Estoy viendo que quién sea que esté por aquí, no les va a dejar que las cosas continúen tan bien. Puede que la seguridad de muchos el día de la carrera esté en peligro. Su amado festival terminará siendo un funeral masivo.