12/02/2019, 16:48
—¡Aaaaaaaaaaah... qué gusto! —Daruu extendió los brazos hacia arriba, estirándose, y luego señaló la enorme ciudad que se extendía al centro de un precioso valle de hierba verde—. Madre mía, pero mira qué bonito. Esto casi parece el Valle Aodori.
Se encontraban casi a las puertas de Notsuba, la capital del País de la Tierra. Lo suficientemente lejos como para desconectar de la primavera inexistente de Amegakure, pero lo suficientemente cerca como para no estar días y días viajando. Además...
—Es toda una suerte, que los pájaros pudieran salvarnos rodear la cordillera —Se acercó a las aves y, con un sello, las convirtió en masas de agua viscosa que tardó poco tiempo en volverse líquida y transparente—. Y también que consiguieras convencer a tu padre.
Abrazó a Ayame, su pareja, en el primer viaje de relax y fuera de servicio que tenía junto a ella.
—Estoy deseando dejar todas estas armas durante unos días. —Aunque por supuesto, con la amenaza de los Generales, no se habían atrevido a viajar sin carga.
Se encontraban casi a las puertas de Notsuba, la capital del País de la Tierra. Lo suficientemente lejos como para desconectar de la primavera inexistente de Amegakure, pero lo suficientemente cerca como para no estar días y días viajando. Además...
—Es toda una suerte, que los pájaros pudieran salvarnos rodear la cordillera —Se acercó a las aves y, con un sello, las convirtió en masas de agua viscosa que tardó poco tiempo en volverse líquida y transparente—. Y también que consiguieras convencer a tu padre.
Abrazó a Ayame, su pareja, en el primer viaje de relax y fuera de servicio que tenía junto a ella.
—Estoy deseando dejar todas estas armas durante unos días. —Aunque por supuesto, con la amenaza de los Generales, no se habían atrevido a viajar sin carga.