13/02/2019, 07:46
—Sí. Realmente vine aquí buscando algo que me dijera que estoy siguiendo el camino correcto, para reafirmar mis ideas, pero encontré algo mucho mejor— dejó el agarre sin dejar de sonreír. —Ojalá en un futuro nos volvamos a encontrar. ¡Y que halla público en la próxima para dar un concierto en grande!— Sólo él entendía aquella rara analogía. —Cuídate entonces, recuerda mi consejo sobre el mapa. Que luego no vaya a ser que por pedir indicaciones te metas en un problemón— Él sabía muy bien de eso. —Hasta pronto, Sagisō— sería lo último que diría antes de darse la vuelta para rebuscar entre las formaciones rocosas la pequeña canoa y el resto de sus pertenencias.
El motivo por el cuál Shishio lo dejaba libre no era realmente para que se fortaleciera físicamente, o al menos no del todo. Ciertas cosas no las aprendería si no las experimentaba por el mismo. La experiencia, la rivalidad. Cosas intangibles pero valiosas al final de cuentas. Poco a poco, escribía su propio camino, aquel que lo convertiría en leyenda. Con aquel recuerdo, emprendería el camino de regreso a su patria...
... sin saber que algo más que una piedra iba a obstaculizar su camino.
"Sayonara, wa iwazu ni yuku..."
El motivo por el cuál Shishio lo dejaba libre no era realmente para que se fortaleciera físicamente, o al menos no del todo. Ciertas cosas no las aprendería si no las experimentaba por el mismo. La experiencia, la rivalidad. Cosas intangibles pero valiosas al final de cuentas. Poco a poco, escribía su propio camino, aquel que lo convertiría en leyenda. Con aquel recuerdo, emprendería el camino de regreso a su patria...
... sin saber que algo más que una piedra iba a obstaculizar su camino.
"Sayonara, wa iwazu ni yuku..."