14/02/2019, 12:38
Daruu frenó en seco de golpe, y Ayame tuvo que hacerlo a su vez, trastabillando varias veces para no terminar de caer.
—¡Pues ahora... ahora te vas a quedar sin saberlo hasta mañana, hala! —protestó el muchacho, cruzándose de brazos lleno de indignación—. Además, lo que me ganas en correr te lo gano yo en cualquier otra cosa, listilla. Cuando quieras, lo comprobamos en un combatito.
Y le sacó la lengua.
—¡No me puedes dejar así! —exclamó ella, en respuesta, mientras se acercaba con un par de saltitos—. Venga, no te enfades... —se rio, buscando la mirada de sus ojos púrpura y le tiró suavemente de la manga—. Además, sabes que nunca me niego a medir nuestras... diferencias, pero hoy no.
»Venga.. Dímelo... Porfi... —rogó, con ojos de cachorrito.
—¡Pues ahora... ahora te vas a quedar sin saberlo hasta mañana, hala! —protestó el muchacho, cruzándose de brazos lleno de indignación—. Además, lo que me ganas en correr te lo gano yo en cualquier otra cosa, listilla. Cuando quieras, lo comprobamos en un combatito.
Y le sacó la lengua.
—¡No me puedes dejar así! —exclamó ella, en respuesta, mientras se acercaba con un par de saltitos—. Venga, no te enfades... —se rio, buscando la mirada de sus ojos púrpura y le tiró suavemente de la manga—. Además, sabes que nunca me niego a medir nuestras... diferencias, pero hoy no.
»Venga.. Dímelo... Porfi... —rogó, con ojos de cachorrito.