17/02/2019, 18:07
— No te preocupes, es bastante normal. Con tanto bosque, las distancias no se miden bien — dijo Juro, quitandole importancia con un gesto de manos —. Si cuando terminemos el descanso aún quieres visitarlo, puedo ayudarte a llegar. Me pilla de camino para volver, y ya has hecho la mayor parte del camino.
Daruu hizo un ademán con la mano, restándole importancia.
—Na, déjalo —dijo—, me he cansado de dar vueltas como un tonto. —Además, de querer ir más rápido (y ahora que lo pensaba, joder, qué gilipollas había sido) podría haber creado un pájaro o un caballo de caramelo. ¡Ya estaría allí! Claro que quién diría que iba a estar tan lejos, ¿no? Ni siquiera había contemplado la posibilidad.
Juro estiró los brazos, acomodándose.
—¿Cómo van las cosas, Daruu-san? ¿Te fue bien en el chunin? Ya sabes, después de todo lo que pasó.
Uff, tema complicado aquél. Daruu se estiró como un resorte, poniéndose a la defensiva durante un momento. Pero claro, los kusareños no habían hecho nada, técnicamente. Eran la parte externa al conflicto a dos bandas de Uzushiogakure y Amegakure. Además, hasta ahora Juro se había portado bien con él. Supuso que lo preguntaba con buena voluntad.
—A pesar de todo lo que pasó, querrás decir —Daruu rio—. Es un milagro que me ascendieran, pero me dieron la placa. —Se volteó un poco y se señaló la reluciente placa de chuunin, en su manga derecha.
»Sabes, en aquél entonces esto es lo que menos me importaba del mundo, claro, pero mirándolo en perspectiva, me da lástima que no llegásemos a celebrar la ronda de combates como los dioses mandan —dijo—. Ey, ¿qué te parece si... si echamos un combatillo? Por las risas nada más. Además, veo que tú eres jounin ya. ¿No te hace ver si eres mejor que un chuunin de Amegakure? —le desafió, buscando su orgullo. Le guiñó un ojo, burlón.
Daruu hizo un ademán con la mano, restándole importancia.
—Na, déjalo —dijo—, me he cansado de dar vueltas como un tonto. —Además, de querer ir más rápido (y ahora que lo pensaba, joder, qué gilipollas había sido) podría haber creado un pájaro o un caballo de caramelo. ¡Ya estaría allí! Claro que quién diría que iba a estar tan lejos, ¿no? Ni siquiera había contemplado la posibilidad.
Juro estiró los brazos, acomodándose.
—¿Cómo van las cosas, Daruu-san? ¿Te fue bien en el chunin? Ya sabes, después de todo lo que pasó.
Uff, tema complicado aquél. Daruu se estiró como un resorte, poniéndose a la defensiva durante un momento. Pero claro, los kusareños no habían hecho nada, técnicamente. Eran la parte externa al conflicto a dos bandas de Uzushiogakure y Amegakure. Además, hasta ahora Juro se había portado bien con él. Supuso que lo preguntaba con buena voluntad.
—A pesar de todo lo que pasó, querrás decir —Daruu rio—. Es un milagro que me ascendieran, pero me dieron la placa. —Se volteó un poco y se señaló la reluciente placa de chuunin, en su manga derecha.
»Sabes, en aquél entonces esto es lo que menos me importaba del mundo, claro, pero mirándolo en perspectiva, me da lástima que no llegásemos a celebrar la ronda de combates como los dioses mandan —dijo—. Ey, ¿qué te parece si... si echamos un combatillo? Por las risas nada más. Además, veo que tú eres jounin ya. ¿No te hace ver si eres mejor que un chuunin de Amegakure? —le desafió, buscando su orgullo. Le guiñó un ojo, burlón.