24/02/2019, 19:22
—Eh... estás... muy guapa —balbuceó Daruu.
—D... ¿De verdad...? —respondió ella, más sonrojada que los cerezos de Uzushiogakure.
Aunque, si le hubiesen preguntado, no habría podido negarlo: desde que había sabido que saldrían juntos de viaje había escogido cuidadosamente las que creía que eran las ropas que mejor le sentaban. ¡Y menos mal que parecía haber acertado!
—Más que... más que aquella noche en el Valle de los Dojos. ¿Te acuerdas? —añadió, apartando la mirada, azorado, acariciándose la nuca.
Sí, por supuesto que se acordaba. Aquella había sido una de las primeras citas que habían tenido... y también uno de sus primeros viajes, aunque aquel hubiese sido para asistir como participantes del torneo.
—Al menos ya llevas la frente al descubierto —Volvía a mirarla, con una encantadora que hizo palpitar su corazón con fuerza—: es una de las cosas más bonitas de tu carita.
Ella se llevó los dedos a la frente, como siempre hacía cada vez que alguien mencionaba su luna. Aunque antes de que pudiera decir nada, Daruu se había levantado y, sus labios acariciaron los suyos, titubeantes.
—Y... ¿tienes algo pensado? —murmuró, con una risilla—. ¿O nos vamos a la aventura?
—D... ¿De verdad...? —respondió ella, más sonrojada que los cerezos de Uzushiogakure.
Aunque, si le hubiesen preguntado, no habría podido negarlo: desde que había sabido que saldrían juntos de viaje había escogido cuidadosamente las que creía que eran las ropas que mejor le sentaban. ¡Y menos mal que parecía haber acertado!
—Más que... más que aquella noche en el Valle de los Dojos. ¿Te acuerdas? —añadió, apartando la mirada, azorado, acariciándose la nuca.
Sí, por supuesto que se acordaba. Aquella había sido una de las primeras citas que habían tenido... y también uno de sus primeros viajes, aunque aquel hubiese sido para asistir como participantes del torneo.
—Al menos ya llevas la frente al descubierto —Volvía a mirarla, con una encantadora que hizo palpitar su corazón con fuerza—: es una de las cosas más bonitas de tu carita.
Ella se llevó los dedos a la frente, como siempre hacía cada vez que alguien mencionaba su luna. Aunque antes de que pudiera decir nada, Daruu se había levantado y, sus labios acariciaron los suyos, titubeantes.
—Y... ¿tienes algo pensado? —murmuró, con una risilla—. ¿O nos vamos a la aventura?