26/02/2019, 22:56
El bandolero le observó largarse con una sonrisa en la cara mientras el se despedía con la mano, aunque datsue estuviese de espaldas y no lo viese. Más, en cuanto el Uchiha se largó Bandō recuperó su expresión seria y se levantó de golpe. Tomó algunas navajas y empezó a arrojarlas a un blanco en la pared.
La primera casi daba en el centro, ante lo cuál chasqueó la lengua. Debía recuperar su toque para el día de mañana, haciendo lo imposible para lograrlo. No podía ignorar a Datsue, ni tampoco a su advertencia.
Entre tanto, en el camino de regreso a su lugar de hospedaje, la conmoción nuevamente reinaba en aquel pueblo. Parecía que no podía pasar un sólo día sin que se armase un problema gordo, aún siendo las vísperas del anunciado evento principal del festival. Muchos ciudadanos cuchicheaban entre sí, mientras otros corrían en una dirección que le era familiar: la del consultorio del Dr. Hayashi. De entre todos sólo una cara era conocida, la del gigantón al que llamaban Mano Cortada.
El corrió, cruzándose con el Uchiha en el camino al hotel.
—¡Ey tú! ¿Has visto a Asobu-kun? ¡Al Dr. Hayashi le ha dado un ataque de algo y él es el único que puede ayudarlo en estos momentos! Pero no sé donde se ha metido—. tuvo que agachar la cabeza para poder ver a los ojos al pelinegro.
La primera casi daba en el centro, ante lo cuál chasqueó la lengua. Debía recuperar su toque para el día de mañana, haciendo lo imposible para lograrlo. No podía ignorar a Datsue, ni tampoco a su advertencia.
Entre tanto, en el camino de regreso a su lugar de hospedaje, la conmoción nuevamente reinaba en aquel pueblo. Parecía que no podía pasar un sólo día sin que se armase un problema gordo, aún siendo las vísperas del anunciado evento principal del festival. Muchos ciudadanos cuchicheaban entre sí, mientras otros corrían en una dirección que le era familiar: la del consultorio del Dr. Hayashi. De entre todos sólo una cara era conocida, la del gigantón al que llamaban Mano Cortada.
El corrió, cruzándose con el Uchiha en el camino al hotel.
—¡Ey tú! ¿Has visto a Asobu-kun? ¡Al Dr. Hayashi le ha dado un ataque de algo y él es el único que puede ayudarlo en estos momentos! Pero no sé donde se ha metido—. tuvo que agachar la cabeza para poder ver a los ojos al pelinegro.