27/02/2019, 11:11
Daruu se apartó de Ayame, se encogió de hombros, y alzó los brazos, flexionados, con las palmas de las manos apuntando hacia arriba. Negó con la cabeza, sonriendo.
—Tranquila, tranquila —rio—. Parece mentira que pienses que yo podría hacer algo. Sólo opino, así, entre tú y yo. Soy un Amedama. —Se señaló con el pulgar y guiñó un ojo—. Tenemos la lealtad metida hasta la médula. —No obstante, por supuesto, sí que pensaba que los Señores Feudales estaban ahí nada más que para ocupar el cargo, y por supuesto, también que los Kage desempeñarían mucho mejor dicho papel. Aunque claro, si se trataba de establecer relaciones comerciales con otros países, mejor que la Señora Feudal fuera Shanise, y no Yui.
Daruu ofreció la mano a Ayame.
—¿Seguimos paseando? —dijo. Luego, ahogó un grito, y señaló al otro lado de la plaza. Había un carrito con....—. ¡Eh, mira, Ayame! ¡Algodón de azúcar! Nunca lo he probado, ¿podemos, podemos? —La cogió de ambas manos y dio un par de botes, como un niño pequeño.
—Tranquila, tranquila —rio—. Parece mentira que pienses que yo podría hacer algo. Sólo opino, así, entre tú y yo. Soy un Amedama. —Se señaló con el pulgar y guiñó un ojo—. Tenemos la lealtad metida hasta la médula. —No obstante, por supuesto, sí que pensaba que los Señores Feudales estaban ahí nada más que para ocupar el cargo, y por supuesto, también que los Kage desempeñarían mucho mejor dicho papel. Aunque claro, si se trataba de establecer relaciones comerciales con otros países, mejor que la Señora Feudal fuera Shanise, y no Yui.
Daruu ofreció la mano a Ayame.
—¿Seguimos paseando? —dijo. Luego, ahogó un grito, y señaló al otro lado de la plaza. Había un carrito con....—. ¡Eh, mira, Ayame! ¡Algodón de azúcar! Nunca lo he probado, ¿podemos, podemos? —La cogió de ambas manos y dio un par de botes, como un niño pequeño.