4/03/2019, 19:49
Daruu no tardó en coger un dulce, y ella hizo lo propio, eligiendo el que mejor pinta tenía, pero lo tuvo difícil pues todos tenían algo que los hacía extremadamente apetecibles.
—Vafya, af finaf foy a tenef que retifaf lo que penfafa de efia —articuló con dificultad. Tragó—. Oye, Eri, esto... gracias por ser como eres.
La chica paró la trayectoria del dulce y se sonrojó ligeramente por las palabras del chico que no esperaba, y sonrió ligeramente, mirándole mientras cerraba los ojos y ensanchaba la sonrisa.
—Gracias —agradeció, aunque no sabía muy bien a qué venía aquello, le había llegado hasta el corazón, sintiéndose feliz de haberlo oído de sus propios labios.
—Crisis de estado aparte —dijo—. Me quedé con ganas de participar en los combates del examen. Siempre me interesa ver qué técnicas usa cada uno.
Y fue cuando Daruu le habló de su Byakugan que ella casi se atraganta con el bollo que se había comido mientras él hablaba. No quería preguntar por no sonar borde, pero ya lo había visto con esos ojos anteriormente y tampoco se había atrevido a preguntar. Luego intuyó por qué había dicho aquello y, tras dar un pequeño sorbo a su batido, contestó.
—La verdad es que yo también —admitió. No era buena en los combates y odiaba hacer estrategias, pero llevaba un tiempo sin pelear... Aunque bastante corto en comparación con el año pasado—. Además, si no recuerdo mal, tú y yo acabamos emparejados en la última ronda del examen, así que en teoría nos hubiera tocado pelear —terminó por decir, encogiéndose de hombros.
Lo poco que sabía de Daruu era su Byakugan, su ninjutsu elemental y poco más. Era bastante habilidoso, eso no lo podía negar.
—Y... —dio otro sorbo, preparando el terreno—. Tu Byakugan... ¿Qué ocurrió?
Lo soltó, de forma casual, como quien no quiere algo, diciéndolo todo a la vez que no decía mucho más.
—Vafya, af finaf foy a tenef que retifaf lo que penfafa de efia —articuló con dificultad. Tragó—. Oye, Eri, esto... gracias por ser como eres.
La chica paró la trayectoria del dulce y se sonrojó ligeramente por las palabras del chico que no esperaba, y sonrió ligeramente, mirándole mientras cerraba los ojos y ensanchaba la sonrisa.
—Gracias —agradeció, aunque no sabía muy bien a qué venía aquello, le había llegado hasta el corazón, sintiéndose feliz de haberlo oído de sus propios labios.
—Crisis de estado aparte —dijo—. Me quedé con ganas de participar en los combates del examen. Siempre me interesa ver qué técnicas usa cada uno.
Y fue cuando Daruu le habló de su Byakugan que ella casi se atraganta con el bollo que se había comido mientras él hablaba. No quería preguntar por no sonar borde, pero ya lo había visto con esos ojos anteriormente y tampoco se había atrevido a preguntar. Luego intuyó por qué había dicho aquello y, tras dar un pequeño sorbo a su batido, contestó.
—La verdad es que yo también —admitió. No era buena en los combates y odiaba hacer estrategias, pero llevaba un tiempo sin pelear... Aunque bastante corto en comparación con el año pasado—. Además, si no recuerdo mal, tú y yo acabamos emparejados en la última ronda del examen, así que en teoría nos hubiera tocado pelear —terminó por decir, encogiéndose de hombros.
Lo poco que sabía de Daruu era su Byakugan, su ninjutsu elemental y poco más. Era bastante habilidoso, eso no lo podía negar.
—Y... —dio otro sorbo, preparando el terreno—. Tu Byakugan... ¿Qué ocurrió?
Lo soltó, de forma casual, como quien no quiere algo, diciéndolo todo a la vez que no decía mucho más.