5/03/2019, 10:38
El humo se disipó, poco a poco. Daruu distinguió cuatro siluetas entre las últimas volutas. ¿Cuatro? ¿Un jutsu de clonación? No, era algo más.
Eran marionetas de madera. La primera en la que se fijó fue la que estaba frente a Juro. Era pequeña, del tamaño de un niño, y en ella reconoció la manta violeta del bulto que hasta ahora el kusajin cargaba a la espalda. De modo que eso era lo que escondía. Interesante... muy interesante...
La de la mujer, sinceramente, le daba escalofríos. ¿Qué era eso que llevaba a la espalda? ¿Quería saberlo para aprender a evitarlo, o prefería no saberlo? La última y tercera era un grotesco pajarraco que tampoco te creas que daba muy buena espina.
Daruu entrecerró los ojos y se tensó cuando Juro, moviendo la mano y los dedos, hizo que las dos marionetas humanoides se le acercasen. Entonces, sonrió y las señaló a las dos.
—¡Eso es, Juro-san! ¡Eso es, joder! —Estaba fascinado. Nunca había visto una técnica similar—. ¿Y te guardabas esto, tío? ¡Pero si es la hostia!
Eran marionetas de madera. La primera en la que se fijó fue la que estaba frente a Juro. Era pequeña, del tamaño de un niño, y en ella reconoció la manta violeta del bulto que hasta ahora el kusajin cargaba a la espalda. De modo que eso era lo que escondía. Interesante... muy interesante...
La de la mujer, sinceramente, le daba escalofríos. ¿Qué era eso que llevaba a la espalda? ¿Quería saberlo para aprender a evitarlo, o prefería no saberlo? La última y tercera era un grotesco pajarraco que tampoco te creas que daba muy buena espina.
Daruu entrecerró los ojos y se tensó cuando Juro, moviendo la mano y los dedos, hizo que las dos marionetas humanoides se le acercasen. Entonces, sonrió y las señaló a las dos.
—¡Eso es, Juro-san! ¡Eso es, joder! —Estaba fascinado. Nunca había visto una técnica similar—. ¿Y te guardabas esto, tío? ¡Pero si es la hostia!