13/03/2019, 13:52
Salieron del ascensor. Entraron en la habitación. Sus pasos sólo acompañados por el ensordecedor latido de su corazón, que bombeaba desbocado. Ayame se encerró en el baño con el pijama bajo el brazo y se cambió allí de ropa.
«¿Pero por qué estoy tan nerviosa?» Se preguntó, mirándose al espejo. El reflejo le devolvió su imagen, angustiada, sonrojada hasta las orejas y con un conjunto de pantalón largo y camiseta de manga corta de color azul y con el estampado de una luna gigante en su torso. «Ay, ¿qué va a pensar de mí cuando me vea así?» Todos sus pijamas eran de aquel estilo, más bien infantiles y con dibujos y estampados.
Desde luego, su imagen distaba mucho de la de cualquier otra chica sexy y atrayente con la que cualquier chico soñaría.
Ayame sacudió la cabeza. ¿Pero por qué se estaba preocupando por eso? Si sólo iban a dormir juntos...
Tal era su desesperación, que no sabía si gritar o llorar, o todo a la vez para no equivocarse. Abrió el grifo, se mojó la cara en un intento de despejarse y salió del baño. Daruu la esperaba, ya metido en la cama, y ella, después de respirar hondo, se acercó y se tumbó junto a él.
—B... buenas noches...
«¿Pero por qué estoy tan nerviosa?» Se preguntó, mirándose al espejo. El reflejo le devolvió su imagen, angustiada, sonrojada hasta las orejas y con un conjunto de pantalón largo y camiseta de manga corta de color azul y con el estampado de una luna gigante en su torso. «Ay, ¿qué va a pensar de mí cuando me vea así?» Todos sus pijamas eran de aquel estilo, más bien infantiles y con dibujos y estampados.
Desde luego, su imagen distaba mucho de la de cualquier otra chica sexy y atrayente con la que cualquier chico soñaría.
Ayame sacudió la cabeza. ¿Pero por qué se estaba preocupando por eso? Si sólo iban a dormir juntos...
Tal era su desesperación, que no sabía si gritar o llorar, o todo a la vez para no equivocarse. Abrió el grifo, se mojó la cara en un intento de despejarse y salió del baño. Daruu la esperaba, ya metido en la cama, y ella, después de respirar hondo, se acercó y se tumbó junto a él.
—B... buenas noches...