La paz es cosa de todos

Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.

La paz es cosa de todos

Amedama Daruu Sin conexión

Jōnin de Ame
Jounin de Ame

Nivel: 34
Exp: 152 puntos
Dinero: 2240 ryō

· Fue 40

· Pod 100

· Res 60

· Int 60

· Agu 80

· Car 40

· Agi 60

· Vol 60

· Des 100

· Per 80

#28

19/03/2019, 23:07

Eri correspondió el sello de la confrontación de Daruu y, tras tomar aire, comenzó a cargar chakra eléctrico en la mano. «¿Un... chidori? ¿Va a atacarme directamente con eso? ¡Pero qué best...!»

Pero Eri zarandeó el brazo en un arco y liberó una lluvia de agujas que se precipitó hacia Daruu de una forma bastante difícil de evitar.

—¡¡Uuuaaah!! ¿Pero qué? —exclamó Daruu, dando un pisotón en tierra. Una linea acuática, como un torrente, recorrió el suelo rápidamente. Separó la pierna cuando había avanzado apenas lo suficiente como para que su propia técnica no le estallase en la cara (porque de lo contrario habrían sido las agujas las que le habrían dado). Un géiser de agua bloqueó el ataque de Eri.

De las aguas, como un mirmidón, surgió Daruu, que de un salto bajo recorrió la distancia que les separaba para golpear a la muchacha con un puñetazo directo al rostro.

—¡Muy buena esa!