21/03/2019, 19:47
Pero él negó con la cabeza y, tomándola por detrás de la nuca, volvió a atraerla:
—No te preocupes. ¿Qué es más importante, una técnica o la seguridad de tus seres queridos? Piénsalo —Daruu hizo una pequeña pausa antes de continuar—. Y en cuanto a que no podrás huir, permíteme que lo dude. Nadie se espera que puedas teletransportarte a la otra punta de Oonindo. Nadie mejor que tú, que tienes un buen control del chakra, para usarla. Esas alas son impresionantes, cariño. —añadió, acariciándole el pelo. Y las mejillas de ella volvieron a encenderse como dos faros en mitad de la noche—. [sub=mediumseagreen]En fin, ahora que ya lo sabes, ¿qué tal si me cuentas sobre esa técnica en la que estabas trabajando para ayudar a Kokuō? ¿Eh? Ya es mañana —repitió, con tono burlesco.
Pero los labios de ella se curvaron en una suave sonrisa, casi maliciosa.
—Me temo que vas a tener que esperar a la mañana de verdad, Daruu-kun —respondió, estirando el cuello para besarle con dulzura—. Prefiero que estemos en un lugar más... "solitario" para hacerlo. Y además, estoy muy cansada —añadió.
Y, antes de que él pudiera protestar, Ayame se separó de él, se enterró bajo las sábanas y le dio la espalda.
—¡Buenas noches!
—No te preocupes. ¿Qué es más importante, una técnica o la seguridad de tus seres queridos? Piénsalo —Daruu hizo una pequeña pausa antes de continuar—. Y en cuanto a que no podrás huir, permíteme que lo dude. Nadie se espera que puedas teletransportarte a la otra punta de Oonindo. Nadie mejor que tú, que tienes un buen control del chakra, para usarla. Esas alas son impresionantes, cariño. —añadió, acariciándole el pelo. Y las mejillas de ella volvieron a encenderse como dos faros en mitad de la noche—. [sub=mediumseagreen]En fin, ahora que ya lo sabes, ¿qué tal si me cuentas sobre esa técnica en la que estabas trabajando para ayudar a Kokuō? ¿Eh? Ya es mañana —repitió, con tono burlesco.
Pero los labios de ella se curvaron en una suave sonrisa, casi maliciosa.
—Me temo que vas a tener que esperar a la mañana de verdad, Daruu-kun —respondió, estirando el cuello para besarle con dulzura—. Prefiero que estemos en un lugar más... "solitario" para hacerlo. Y además, estoy muy cansada —añadió.
Y, antes de que él pudiera protestar, Ayame se separó de él, se enterró bajo las sábanas y le dio la espalda.
—¡Buenas noches!