22/03/2019, 01:30
—Bien —respondió el moro, satisfecho—. ¿ves que no te ha costado nada?
Kaido se levantó del asiento en su subterfugio y dejó un par de monedas en la mesa.
—Sabrás de nosotros en los próximos cuatro días para coordinar la infiltración. Espero sepas comportarte durante lo que queda para tu enorme contribución a una noble causa, y —hizo una larga pausa, tras una mirada furtiva—. mantener la boca cerrada. Envía mis saludos a Hana, es una niña preciosa.
»Hasta entonces.
El hombre dejó una estela en su huida, y abandonó finalmente el punto de reunión. Había hecho un buen progreso, y lo mejor era compartirlo con Comadreja y Muñeca.
Kaido se levantó del asiento en su subterfugio y dejó un par de monedas en la mesa.
—Sabrás de nosotros en los próximos cuatro días para coordinar la infiltración. Espero sepas comportarte durante lo que queda para tu enorme contribución a una noble causa, y —hizo una larga pausa, tras una mirada furtiva—. mantener la boca cerrada. Envía mis saludos a Hana, es una niña preciosa.
»Hasta entonces.
El hombre dejó una estela en su huida, y abandonó finalmente el punto de reunión. Había hecho un buen progreso, y lo mejor era compartirlo con Comadreja y Muñeca.