22/03/2019, 12:59
Daruu gimoteó, o bufó. Una de las dos cosas. Se dio la vuelta lentamente y se acurrucó poco a poco en el pecho de Ayame.
—Hmpf. —Restregó la cabeza, haciéndose el orgulloso—. A la próxima te haré esperar yo también, que lo sepas. Si no me enfado es porque no puedo enfadarme hoy contigo. Hala.
Antes de que se diera cuenta, el calor y el olor de Ayame le sumieron en un profundo y agradable sueño. La noche más bonita que había tenido en su vida, o al menos desde que tenía memoria.
Cualquiera que haya dormido en pareja sabe que no todo es tan bonito como parece. O más bien, que siendo igual de bonito, no es tan idílico y perfecto como lo pintan en las ilustraciones de los libros. Se habían dormido acurrucados, sí. Y luego, se habían dado las espaldas. Daruu había roncado, así que Ayame le había tenido que despertar en varias ocasiones porque no podía dormir. Luego, más de una vez descubrió que la muchacha le golpeaba sin razón en mitad del sueño. Gruñendo, Daruu separaba su puño y le daba la vuelta en la otra dirección. Entonces ella le quitaba todas las sábanas y se las quedaba ella.
Pero al final, todo merecía la pena.
Así que cuando Daruu y Ayame abrieron los ojos y se encontraron el uno con los del otro, el chico se sonrojó y volvió a abrazarla con fuerza.
—Buenos días.
—Hmpf. —Restregó la cabeza, haciéndose el orgulloso—. A la próxima te haré esperar yo también, que lo sepas. Si no me enfado es porque no puedo enfadarme hoy contigo. Hala.
Antes de que se diera cuenta, el calor y el olor de Ayame le sumieron en un profundo y agradable sueño. La noche más bonita que había tenido en su vida, o al menos desde que tenía memoria.
· · ·
Cualquiera que haya dormido en pareja sabe que no todo es tan bonito como parece. O más bien, que siendo igual de bonito, no es tan idílico y perfecto como lo pintan en las ilustraciones de los libros. Se habían dormido acurrucados, sí. Y luego, se habían dado las espaldas. Daruu había roncado, así que Ayame le había tenido que despertar en varias ocasiones porque no podía dormir. Luego, más de una vez descubrió que la muchacha le golpeaba sin razón en mitad del sueño. Gruñendo, Daruu separaba su puño y le daba la vuelta en la otra dirección. Entonces ella le quitaba todas las sábanas y se las quedaba ella.
Pero al final, todo merecía la pena.
Así que cuando Daruu y Ayame abrieron los ojos y se encontraron el uno con los del otro, el chico se sonrojó y volvió a abrazarla con fuerza.
—Buenos días.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)