24/03/2019, 12:59
Daruu se quedó mirándola, en completo silencio, y ella le sostuvo la mirada con fiereza. Estaba claro lo que le estaba diciendo: "Arregla esto ahora mismo o..." Finalmente, Daruu suspiró derrotado y corrió a alcanzar a Kokuō.
—Kokuō —la llamó, y ella se detuvo, no sin dirigirle una mirada tan afilada como sus colmillos—. Mira... lo siento. Lo de anoche fue algo privado y me ha dado mucha rabia, pero supongo que no tenías manera de... no verlo.
—No. No la tenía —replicó ella. Y, desde luego, no era una escena por la que hubiera dado una de sus colas por ver.
—Yo también me alegro de que Ayame pueda ayudarte, de alguna manera u otra. Ya sabes que yo también me comprometí. Pues eso... que lo siento.
Kokuō terminó inclinando la cabeza al cabo de varios segundos, aceptando las disculpas. Pero aún así continuó su camino y terminó subiéndose a lo alto de la roca con un elegante salto. Y allí se quedó, sentada con las piernas cruzadas mientras Daruu regresaba junto a Ayame que, ahora sí, sonreía.
—Bueno, ¿por dónde íbamos? —preguntó, inocente.
—Kokuō —la llamó, y ella se detuvo, no sin dirigirle una mirada tan afilada como sus colmillos—. Mira... lo siento. Lo de anoche fue algo privado y me ha dado mucha rabia, pero supongo que no tenías manera de... no verlo.
—No. No la tenía —replicó ella. Y, desde luego, no era una escena por la que hubiera dado una de sus colas por ver.
—Yo también me alegro de que Ayame pueda ayudarte, de alguna manera u otra. Ya sabes que yo también me comprometí. Pues eso... que lo siento.
Kokuō terminó inclinando la cabeza al cabo de varios segundos, aceptando las disculpas. Pero aún así continuó su camino y terminó subiéndose a lo alto de la roca con un elegante salto. Y allí se quedó, sentada con las piernas cruzadas mientras Daruu regresaba junto a Ayame que, ahora sí, sonreía.
—Bueno, ¿por dónde íbamos? —preguntó, inocente.