24/03/2019, 21:42
Era realmente un milagro que se hubiese salvado. De hecho, si alguien con conocimientos médicos bien podría decirles que todo lo que hicieron pudo haberse solucionado con una buena dosis de epinefrina para no tener que batallar con sus signos vitales antes del inhibidor H1. Pero no había nadie más que el señor Hayashi y Asobu que supieran eso, y esa era una de las justas razones por las que terminó en tal estado.
—A-asobu...— Estaba muy mareado cómo para seguir hablando.
—¿¡Oye y yo qué!?— Se levantó de golpe, mientras Dae retenía al doctor. —¡Que no se te olvide que el que hizo la mayor parte fui yo!— Se ufanó con una media sonrisa de rabia.
—Supongo que todos vuelven a la normalidad.
—No, no... ¿ Y Asobu?— Negó antes de toser lo último de líquido que borboteó en sus pulmones.
—Tranquilo señor, no se esfuerce— Se arrastró hasta dónde él para fingir que ayudaba a la de anteojos. —El no está, pero ya no tardará en venir que termine de ayudarlo a recuperarse— Sonrío.
—¡NO! ¡ASOBU NO!— Exclamó, asustado.
—¿Qué?— parpadeó, confundido.
El bandido se volteó, apretando los dientes.
A veces, muchas cosas las pasamos por alto. Creemos que tenemos la respuesta ante nuestros ojos, cuando resulta ser algo muy diferente y quizás, mucho más obvio. Sino, ¿cómo es que Datsue sospechaba tanto de los motivos pos los cuáles Asobu estuvo ausente? En lugar de preguntarse, ¿cómo es que él sabía exactamente que el doctor estaba sufriendo un paro cardiorespiratorio cuando él nunca le mencionó cuál era el motivo por el cuál corría peligro?
—Sí, quizás ya sea demasiado tarde...— Contestó casi susurrante.
—A-asobu...— Estaba muy mareado cómo para seguir hablando.
—¿¡Oye y yo qué!?— Se levantó de golpe, mientras Dae retenía al doctor. —¡Que no se te olvide que el que hizo la mayor parte fui yo!— Se ufanó con una media sonrisa de rabia.
—Supongo que todos vuelven a la normalidad.
—No, no... ¿ Y Asobu?— Negó antes de toser lo último de líquido que borboteó en sus pulmones.
—Tranquilo señor, no se esfuerce— Se arrastró hasta dónde él para fingir que ayudaba a la de anteojos. —El no está, pero ya no tardará en venir que termine de ayudarlo a recuperarse— Sonrío.
—¡NO! ¡ASOBU NO!— Exclamó, asustado.
—¿Qué?— parpadeó, confundido.
El bandido se volteó, apretando los dientes.
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A veces, muchas cosas las pasamos por alto. Creemos que tenemos la respuesta ante nuestros ojos, cuando resulta ser algo muy diferente y quizás, mucho más obvio. Sino, ¿cómo es que Datsue sospechaba tanto de los motivos pos los cuáles Asobu estuvo ausente? En lugar de preguntarse, ¿cómo es que él sabía exactamente que el doctor estaba sufriendo un paro cardiorespiratorio cuando él nunca le mencionó cuál era el motivo por el cuál corría peligro?
—Sí, quizás ya sea demasiado tarde...— Contestó casi susurrante.