25/03/2019, 04:45
—Datsue, cálmate— se levantó con muchísimo esfuerzo para tratar de colocar su mano en el hombro del Uchiha. —De nada te sirve enojarte ni exigirle a un hombre que apenas se está recuperando de una crisis— De todos los inconvenientes que sufrieron para salvarlo, lo que más estresaba al Yotsuki era la actitud explosiva del uzujin. Contagiosa, pero poco útil a decir verdad.
El médico tosió varias veces, lagrimeando un poco además de que parecía temblar. Y sin embargo, Bandō fue el siguiente en estallar, apretando el puño y golpeando la pared.
—¡LO SABÍA MALDITA SEA!— y entonces río, triste. —Y nadie me creyó— Estaba por darse la vuelta para salir corriendo, pero sería interrumpido por una voz.
—Wait, explícate ahora— Le inquirió con una mirada afilada. —Ya que tú si estas en buena forma, ¿podrías ilustrarnos sobre qué mierdas está ocurriendo?— Sonrío socarrón. "¿Acaso soy el único que puede mantener la compostura? Maldita sea..." Si él era la voz de la razón en el asunto, es que debían estar jodidos de verdad.
—Asobu apareció en Shirotora hace un tiempo, diciendo que quería estudiar con el señor Hayashi— ladeó la vista al hombre que no pudo sino asentir levemente. —Sin embargo, él no parecía realmente necesitar aprender nada más. ¿Entonces porqué estaba aquí? Se acercó a Homura, a Utage. Cuando murió Kawaraga, Asobu también había desparecido. Pero claro, nadie sospecha del niño bonito ídolo de las chicas.— Se burló. —Luego según la autopsia hecha por el mismo Asobu, el viejo Kawaraga murió de una infección, pero yo lo conocía y sabía de sobra que estaba más sano que una lechuga recién cosechada— se ajustó el ala del sombrero. —No tenía pruebas, así que todos me dieron por paranoico— Bufó.
—Lo lamento, Bandō— lloró con sus pequeños ojitos. —Toda la autopsia de Kawaraga la hizo él, y aún así yo tenía mis dudas. Hoy en la mañana, luego de que Datsue-kun me pidió que trabajara en el renegado, me di cuenta que al constatar lo uno con lo otro encajaban de la misma forma. Quise pedirle explicaciones a Asobu de porqué me había mentido sobre la causa de muerte, pero lo último que recuerdo es que me sometió contra la mesa y... luego desperté aquí en medio de todos ustedes.
—Claro, se aprovechó de su posición para ocultar su crimen... Pero se vio acorralado cuando usted descubrió lo que en verdad había pasado— concluyó. —Los matones dijeron que el cuarto de los shinobis se mantenía a raya cuando atacaron aquel día. No ayudó, porque iban a descubrirlo— se cruzó de brazos. —Aparentemente, el sobreviviente era capaz de identificar a los shinobi de alguna forma. Quizás, en algún momento este se cruzó con Asobu cuando regresó al pueblo y este último lo mató porque amenazaba que se descubriese su identidad—. remató.
—NONONONONONO— Y Dae empezó a llorar —¡No eres más que un envidioso, Bandō! Asobu-kun es una buena persona, nos a ayudado mucho junto al doctor Hayashi. ¡Todo lo que están hablando es para incriminarlo!— Sacudió la cabeza con tanta violencia que se cayeron sus gafas antes de caer ella misma de rodillas. —Asobu es una buena persona, ¿verdad que sí?— Observó a todos los demás presentes mientras una mecha de pelo descolocada se resbalaba por su frente.
—¿No llevaron a la tabernera a ayudarlo? Ahí cómo la vez Renko es buena para ayudar, aunque no está totalmente capacitada para ello— Continuó con su explicación. —No quiero pensar que algo malo le pase a sensei. Si no, cuando yo me vaya, ¿quién ayudará a este pueblo? ¿quién más será capaz de curar los raspones de los niños? ¿de ayudar a los ancianos? Shirotora sólo lo tiene a él... y yo no puedo quedarme aquí. En verdad, deseo que esté bien— sollozaba al pronunciar aquellas palabras.
Tal y cómo la primera vez que le vio cantar en aquel escenario, tenía un talento enorme. No sólo para cantar, para actuar también. Sobre todo para actuar y mentir de tal manera que el Uchiha era una santa monja a su lado.
Ya estaban cerca de la clínica. Para la dicha de aquel simple Kage Bunshin, y quién sabe para que desgracia de todos los demás ahí presentes.
El médico tosió varias veces, lagrimeando un poco además de que parecía temblar. Y sin embargo, Bandō fue el siguiente en estallar, apretando el puño y golpeando la pared.
—¡LO SABÍA MALDITA SEA!— y entonces río, triste. —Y nadie me creyó— Estaba por darse la vuelta para salir corriendo, pero sería interrumpido por una voz.
—Wait, explícate ahora— Le inquirió con una mirada afilada. —Ya que tú si estas en buena forma, ¿podrías ilustrarnos sobre qué mierdas está ocurriendo?— Sonrío socarrón. "¿Acaso soy el único que puede mantener la compostura? Maldita sea..." Si él era la voz de la razón en el asunto, es que debían estar jodidos de verdad.
—Asobu apareció en Shirotora hace un tiempo, diciendo que quería estudiar con el señor Hayashi— ladeó la vista al hombre que no pudo sino asentir levemente. —Sin embargo, él no parecía realmente necesitar aprender nada más. ¿Entonces porqué estaba aquí? Se acercó a Homura, a Utage. Cuando murió Kawaraga, Asobu también había desparecido. Pero claro, nadie sospecha del niño bonito ídolo de las chicas.— Se burló. —Luego según la autopsia hecha por el mismo Asobu, el viejo Kawaraga murió de una infección, pero yo lo conocía y sabía de sobra que estaba más sano que una lechuga recién cosechada— se ajustó el ala del sombrero. —No tenía pruebas, así que todos me dieron por paranoico— Bufó.
—Lo lamento, Bandō— lloró con sus pequeños ojitos. —Toda la autopsia de Kawaraga la hizo él, y aún así yo tenía mis dudas. Hoy en la mañana, luego de que Datsue-kun me pidió que trabajara en el renegado, me di cuenta que al constatar lo uno con lo otro encajaban de la misma forma. Quise pedirle explicaciones a Asobu de porqué me había mentido sobre la causa de muerte, pero lo último que recuerdo es que me sometió contra la mesa y... luego desperté aquí en medio de todos ustedes.
—Claro, se aprovechó de su posición para ocultar su crimen... Pero se vio acorralado cuando usted descubrió lo que en verdad había pasado— concluyó. —Los matones dijeron que el cuarto de los shinobis se mantenía a raya cuando atacaron aquel día. No ayudó, porque iban a descubrirlo— se cruzó de brazos. —Aparentemente, el sobreviviente era capaz de identificar a los shinobi de alguna forma. Quizás, en algún momento este se cruzó con Asobu cuando regresó al pueblo y este último lo mató porque amenazaba que se descubriese su identidad—. remató.
—NONONONONONO— Y Dae empezó a llorar —¡No eres más que un envidioso, Bandō! Asobu-kun es una buena persona, nos a ayudado mucho junto al doctor Hayashi. ¡Todo lo que están hablando es para incriminarlo!— Sacudió la cabeza con tanta violencia que se cayeron sus gafas antes de caer ella misma de rodillas. —Asobu es una buena persona, ¿verdad que sí?— Observó a todos los demás presentes mientras una mecha de pelo descolocada se resbalaba por su frente.
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—¿No llevaron a la tabernera a ayudarlo? Ahí cómo la vez Renko es buena para ayudar, aunque no está totalmente capacitada para ello— Continuó con su explicación. —No quiero pensar que algo malo le pase a sensei. Si no, cuando yo me vaya, ¿quién ayudará a este pueblo? ¿quién más será capaz de curar los raspones de los niños? ¿de ayudar a los ancianos? Shirotora sólo lo tiene a él... y yo no puedo quedarme aquí. En verdad, deseo que esté bien— sollozaba al pronunciar aquellas palabras.
Tal y cómo la primera vez que le vio cantar en aquel escenario, tenía un talento enorme. No sólo para cantar, para actuar también. Sobre todo para actuar y mentir de tal manera que el Uchiha era una santa monja a su lado.
Ya estaban cerca de la clínica. Para la dicha de aquel simple Kage Bunshin, y quién sabe para que desgracia de todos los demás ahí presentes.