29/03/2019, 05:42
¿Cómo es que había caído en el engaño de ese pretencioso Uchiha? Sabía que debía cuidarse de sus ojos, pero nunca en su puta vida se esperó una técnica de sellado. Lo peor del asunto, es que sabía que no tenía manera de salirse de ella. Su propio amo la usaba cuando necesitaba darle un escarmiento y ahora no podía sino sentir vergüenza por dejarse atrapar de una forma tan burda.
—Ese truco no me lo esperaba...— Dejó de lado el falsete en la voz, pues si estaban actuando de esa manera el fingir ya no sería de utilidad. Afiló la mirada, observando por el rabillo del ojo a los presentes. —Los que no se interpusieran en mi camino no tenían porqué salir lastimados— Estaba calmado, o más bien, resignado.
El Yotsuki parpadeó varias veces, pues no entendía que demonios estaba ocurriendo. "¿Y esos símbolos?" Sobresalían por su cuello hasta la cara, pero ni siquiera era capaz de asociarlos con un Fūinjutsu. Aún así, le parecía algo peligroso. "¿Una técnica capaz de dejar a tu oponente a total merced?" Aquello era a lo que él llamaba, hax. ¿La enorme bola de fuego?, palidecía ante lo que estaba viendo. Mejor recordarlo, por si acaso.
El doctor abrió los ojos y se sentó nuevamente, rompiendo a llorar al ver al muchacho en quién confió.
—Así que está vivo, pero supongo que no me van a dar el gusto de saber cómo lograron todo esto, ¿o me equivoco?— Chasqueó lengua.
—¡¡¡ASOB-!!!— un golpe en su nuca la acalló, proveniente de la mano de Bandō.
—Será mejor así, no me gustaría que interfirieses— Bufó mientras levantaba a la ahora inconsciente Dae.
—Ahhh God...— suspiró.
Otra vez esa tensión de ambiente, cómo cuando Datsue y el bandido discutieron la primera vez. Aquella sensación, de que un suceso terrible se avecinaba. Era tal la presión, que se anteponía a su propia fatiga, pero no por ello resultaba más agradable. No le gustaba estar en una situación así.
Datsue vería la misma consistencia de chakra que antes, aunque en cuestión a cantidad, era mucho mayor de lo que notó la última vez. Sobre la velocidad, bueno, poco de ya le servía ser tan ligero cómo una gacela ante el sello maldito del chunin de la Espiral.
—Ese truco no me lo esperaba...— Dejó de lado el falsete en la voz, pues si estaban actuando de esa manera el fingir ya no sería de utilidad. Afiló la mirada, observando por el rabillo del ojo a los presentes. —Los que no se interpusieran en mi camino no tenían porqué salir lastimados— Estaba calmado, o más bien, resignado.
El Yotsuki parpadeó varias veces, pues no entendía que demonios estaba ocurriendo. "¿Y esos símbolos?" Sobresalían por su cuello hasta la cara, pero ni siquiera era capaz de asociarlos con un Fūinjutsu. Aún así, le parecía algo peligroso. "¿Una técnica capaz de dejar a tu oponente a total merced?" Aquello era a lo que él llamaba, hax. ¿La enorme bola de fuego?, palidecía ante lo que estaba viendo. Mejor recordarlo, por si acaso.
El doctor abrió los ojos y se sentó nuevamente, rompiendo a llorar al ver al muchacho en quién confió.
—Así que está vivo, pero supongo que no me van a dar el gusto de saber cómo lograron todo esto, ¿o me equivoco?— Chasqueó lengua.
—¡¡¡ASOB-!!!— un golpe en su nuca la acalló, proveniente de la mano de Bandō.
—Será mejor así, no me gustaría que interfirieses— Bufó mientras levantaba a la ahora inconsciente Dae.
—Ahhh God...— suspiró.
Otra vez esa tensión de ambiente, cómo cuando Datsue y el bandido discutieron la primera vez. Aquella sensación, de que un suceso terrible se avecinaba. Era tal la presión, que se anteponía a su propia fatiga, pero no por ello resultaba más agradable. No le gustaba estar en una situación así.
Datsue vería la misma consistencia de chakra que antes, aunque en cuestión a cantidad, era mucho mayor de lo que notó la última vez. Sobre la velocidad, bueno, poco de ya le servía ser tan ligero cómo una gacela ante el sello maldito del chunin de la Espiral.