30/03/2019, 12:30
Ayame nunca había utilizado aquella técnica con Daruu, por lo que no le sorprendió para nada su respuesta. El muchacho se volvía hacia todos lados, buscando el origen de una voz que, por lógica, debía provenir de su frente.
——Ehh... Esta técnica es... genial. ¡Es genial! ¿De verdad quieres enseñármela? Estás muy orgullosa de tus técnicas de sonido. Y esta...
Ayame esbozó una gran sonrisa, feliz y orgullosa de sí misma.
—¡Sí! Creo que, de las técnicas que he desarrollado, esta es de la que más útil puede serte. No es tan espectacular como tu Chisio pero... —añadió, rascándose la mejilla con un dedo—. ¡Oh, y además eso no es lo mejor! Con un poco más de maña con el Genjutsu puedes incluso...
Volvió a formular el sello del Pájaro y entonces, desde la espalda del muchacho...
»¡¿Qué cojones estás haciendo con mi hija, Amedama?!
——Ehh... Esta técnica es... genial. ¡Es genial! ¿De verdad quieres enseñármela? Estás muy orgullosa de tus técnicas de sonido. Y esta...
Ayame esbozó una gran sonrisa, feliz y orgullosa de sí misma.
—¡Sí! Creo que, de las técnicas que he desarrollado, esta es de la que más útil puede serte. No es tan espectacular como tu Chisio pero... —añadió, rascándose la mejilla con un dedo—. ¡Oh, y además eso no es lo mejor! Con un poco más de maña con el Genjutsu puedes incluso...
Volvió a formular el sello del Pájaro y entonces, desde la espalda del muchacho...
»¡¿Qué cojones estás haciendo con mi hija, Amedama?!