30/03/2019, 12:39
(Última modificación: 30/03/2019, 12:40 por Amedama Daruu.)
—¡Sí! Creo que, de las técnicas que he desarrollado, esta es de la que más útil puede serte. No es tan espectacular como tu Chisio pero... —dijo Ayame, y se rascó una mejilla, orgullosa de su técnica.
«¿Que no es tan espectacular?» ¡Me cago en la puta! A Daruu se le ocurrían mil situaciones en las que aquella técnica podía serle útil. ¡Mil y una! Para confundir a un enemigo en medio de un combate, para misiones de infiltración, para... para... para simular que está ya en el baño arreglándose y no haciendo el vago en la cama... sí. Para esas cosas tan útiles como shinobi.
—Bueno, pues a mí me parece muy...
—¡Oh, y además eso no es lo mejor! Con un poco más de maña con el Genjutsu puedes incluso...
Pero a Daruu le quedaban todavía muchas sorpresas por ver. Bueno, mejor dicho, por oír. Y qué sorpresas. De las desagradables. Ayame formuló el sello del Pájaro y tiró a hablar, pero a Daruu se le olvidó totalmente que estaba ejecutando su técnica. Daruu, simplemente, escuchó la exclamación de Zetsuo a su espalda. Se puso rígido inmediatamente, el corazón se le aceleró a mil y se empezó a imaginar mil y una formas por las que Zetsuo podría haber sabido todo lo que hicieron la noche anterior. A Daruu se le puso el rostro blanco como la leche, y sintió que la vista se le nublaba.
Luego, cayó hacia adelante, desmoronándose como una plancha sobre la hierba del valle.
«¿Que no es tan espectacular?» ¡Me cago en la puta! A Daruu se le ocurrían mil situaciones en las que aquella técnica podía serle útil. ¡Mil y una! Para confundir a un enemigo en medio de un combate, para misiones de infiltración, para... para... para simular que está ya en el baño arreglándose y no haciendo el vago en la cama... sí. Para esas cosas tan útiles como shinobi.
—Bueno, pues a mí me parece muy...
—¡Oh, y además eso no es lo mejor! Con un poco más de maña con el Genjutsu puedes incluso...
Pero a Daruu le quedaban todavía muchas sorpresas por ver. Bueno, mejor dicho, por oír. Y qué sorpresas. De las desagradables. Ayame formuló el sello del Pájaro y tiró a hablar, pero a Daruu se le olvidó totalmente que estaba ejecutando su técnica. Daruu, simplemente, escuchó la exclamación de Zetsuo a su espalda. Se puso rígido inmediatamente, el corazón se le aceleró a mil y se empezó a imaginar mil y una formas por las que Zetsuo podría haber sabido todo lo que hicieron la noche anterior. A Daruu se le puso el rostro blanco como la leche, y sintió que la vista se le nublaba.
Luego, cayó hacia adelante, desmoronándose como una plancha sobre la hierba del valle.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)