30/03/2019, 23:24
—AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA —gritó Daruu, abriendo los ojos de golpe. El muchacho miró a ambos lados, aterrorizado, y agarró a Ayame por los hombros y la zarandeó con brusquedad—. Tututututututututututututututututututupadre.
—¡D-D-D-D-D-Daruu! —balbuceó Ayame, mareada.
Pero en el momento en el que el pobre muchacho miró a su alrededor, pudo ver tras la espalda de Ayame una figura alta e imponente, de brazos cruzados, cabello corto y azulado y ojos afilados de color aguamarina que se clavaban en él sin ningún tipo de compasión, como si quisiera apuñalarle con ellos.
—¡D-D-D-D-D-Daruu! —balbuceó Ayame, mareada.
Pero en el momento en el que el pobre muchacho miró a su alrededor, pudo ver tras la espalda de Ayame una figura alta e imponente, de brazos cruzados, cabello corto y azulado y ojos afilados de color aguamarina que se clavaban en él sin ningún tipo de compasión, como si quisiera apuñalarle con ellos.