1/04/2019, 09:49
—Vuelvo al vuelo— recogió su sombrero y se lo ajustó. —¡Pero recuerda que ese hijo de puta es mío!— señaló al Kage Bunshin con el dedo para luego llevarse los dedos a la boca y chiflar cómo si llamara a alguien.
Afuera, un relincho potente pareció contestar a la llamada. Bandō despareció de la vista de todos, mientras algunos seguían conmocionados y otros lloraban. De ellos, principalmente el señor Hayashi resollaba a través de sus minúsculos ojitos, incapaz de comprender aún las razones de toda aquella mentira.
El Yotsuki se acercó a él con las cejas arqueadas, pues sabía que ese hombre se estaba haciendo mucho daño al atestiguar todo lo que estaba ocurriendo.
—Venga conmigo— le tomó del brazo. —No está ni física ni emocionalmente bien, vamos a su casa, al hotel o a donde sea para descansar, pero deje el resto en nuestras manos— sonreía, aunque su mirar denotaba pesar.
El hombre no pareció oponer resistencia, pues aunque quería hablar con Asobu y exigirle explicaciones, también temía escuchar la verdad.
—Los demás, ayuden a llevar a la mesera también. Datsue— Pasó sus ojos por él. —O clon, o lo que seas. Trataré de no tardarme demasiado y volver cuanto antes— la sonrisa se había borrado de sus labios, por primera vez en todo aquel desastre. "Estas personas no se merecían algo como esto."
Asobu se mantuvo estoico ante las palabras del Uchiha, limitándose a suspirar forzosamente.
—Leéme la cabeza, mátame, me da bastante igual lo que hagas conmigo—. aquella resignación era más por la desesperación de tener que esperar para que por fin se dignara a actuar. Estaba muy condicionado en esos momentos.
La única opción realmente viable para él era escabullirse, pero el robo se le complicaría, punto. No existían otros caminos, pues que si huía y regresaba con las manos vacías, seguramente iba a terminar ejecutado de todas formas. En tal caso, si iba a morir, le gustaría al menos hundir un poco al amo. Aunque seguramente, no podría hablar aunque quisiera.
Afuera, un relincho potente pareció contestar a la llamada. Bandō despareció de la vista de todos, mientras algunos seguían conmocionados y otros lloraban. De ellos, principalmente el señor Hayashi resollaba a través de sus minúsculos ojitos, incapaz de comprender aún las razones de toda aquella mentira.
El Yotsuki se acercó a él con las cejas arqueadas, pues sabía que ese hombre se estaba haciendo mucho daño al atestiguar todo lo que estaba ocurriendo.
—Venga conmigo— le tomó del brazo. —No está ni física ni emocionalmente bien, vamos a su casa, al hotel o a donde sea para descansar, pero deje el resto en nuestras manos— sonreía, aunque su mirar denotaba pesar.
El hombre no pareció oponer resistencia, pues aunque quería hablar con Asobu y exigirle explicaciones, también temía escuchar la verdad.
—Los demás, ayuden a llevar a la mesera también. Datsue— Pasó sus ojos por él. —O clon, o lo que seas. Trataré de no tardarme demasiado y volver cuanto antes— la sonrisa se había borrado de sus labios, por primera vez en todo aquel desastre. "Estas personas no se merecían algo como esto."
Asobu se mantuvo estoico ante las palabras del Uchiha, limitándose a suspirar forzosamente.
—Leéme la cabeza, mátame, me da bastante igual lo que hagas conmigo—. aquella resignación era más por la desesperación de tener que esperar para que por fin se dignara a actuar. Estaba muy condicionado en esos momentos.
La única opción realmente viable para él era escabullirse, pero el robo se le complicaría, punto. No existían otros caminos, pues que si huía y regresaba con las manos vacías, seguramente iba a terminar ejecutado de todas formas. En tal caso, si iba a morir, le gustaría al menos hundir un poco al amo. Aunque seguramente, no podría hablar aunque quisiera.