3/04/2019, 16:38
Ayame elogió sus progresos, y Daruu se rascó la coronilla, sonrojado. Luego pasó a instruirle sobre el segundo uso de la técnica, el de imitar voces. Ahora además de imaginar su propia voz saliendo de otro punto, debía cambiar el chip e imaginar otra diferente. Daruu se mareó de sólo pensarlo, y se excusó con un suave aspaviento de la mano derecha.
—Sí, sí... mejor lo dejo para otro momento. Oye, Ayame, ya sé que yo te he enseñado la mía, pero muchas gracias a ti también —dijo, y se acercó a ella para darle un abrazo—. Ahora, ¿qué te parece si nos vamos a la habitación, nos duchamos y seguimos con nuestro fin de semana?
»¿Suficientes cosas de ninjas? —rio.
—Sí, sí... mejor lo dejo para otro momento. Oye, Ayame, ya sé que yo te he enseñado la mía, pero muchas gracias a ti también —dijo, y se acercó a ella para darle un abrazo—. Ahora, ¿qué te parece si nos vamos a la habitación, nos duchamos y seguimos con nuestro fin de semana?
»¿Suficientes cosas de ninjas? —rio.