3/04/2019, 20:49
—¡Ja! Te falta creatividad— El bandolero puso una mueca de felicidad, una muy torcida felicidad.
Caminó hasta el enfermero farsante y puso un pie sobre su cabeza. Luego lo pateó para dejarlo boca abajo y de inmediato le dio un pisotón en el centro de la columna, procediendo a limpiarse la suela del zapato con la camisa de Asobu con todo y espuela rasgándole la piel. Cambió de pierna y procedió a hacer lo mismo con su otra bota.
El enfermero no pudo sino crujir los dientes y gruñir con rabia, pues sabía que esos dos sólo lo estaban haciendo por la pura maldad de divertirse.
—...Me dan asco...— se encogió de dolor sobre sí.
Una marometa digna de los mejores circenses fue el medio con el cuál Datsue logró poner una mano encima del caballo. Sin embargo la bestia no iba a quedarse tranquila ante nadie que se atreviese a ponerle un dedo encima, no. Porque para cuando Datsue pegó semejante brinco, el caballo ya había levantado el pecho, inclinándose hacía atrás. Confuso, el animal intentó lanzar una única coz con ambas patas traseras.
Diese o no, el animal estaba perturbado, por lo que soltó un relincho fuerte mientras se daba la vuelta buscando al que osó irrumpir su momento de hacer nada.
Caminó hasta el enfermero farsante y puso un pie sobre su cabeza. Luego lo pateó para dejarlo boca abajo y de inmediato le dio un pisotón en el centro de la columna, procediendo a limpiarse la suela del zapato con la camisa de Asobu con todo y espuela rasgándole la piel. Cambió de pierna y procedió a hacer lo mismo con su otra bota.
El enfermero no pudo sino crujir los dientes y gruñir con rabia, pues sabía que esos dos sólo lo estaban haciendo por la pura maldad de divertirse.
—...Me dan asco...— se encogió de dolor sobre sí.
***
Una marometa digna de los mejores circenses fue el medio con el cuál Datsue logró poner una mano encima del caballo. Sin embargo la bestia no iba a quedarse tranquila ante nadie que se atreviese a ponerle un dedo encima, no. Porque para cuando Datsue pegó semejante brinco, el caballo ya había levantado el pecho, inclinándose hacía atrás. Confuso, el animal intentó lanzar una única coz con ambas patas traseras.
Diese o no, el animal estaba perturbado, por lo que soltó un relincho fuerte mientras se daba la vuelta buscando al que osó irrumpir su momento de hacer nada.