28/10/2015, 02:15
- ¿Es que no recuerdas que hoy ibas a comprar arcilla...? - Preguntaba una y otra vez la fémina inexistente que acompañaba a la joven kunoichi mientras caminaba por aquellos senderos por las afueras de la aldea. - ¡Claro que me acuerdo! Pero no tenía ganas... - Se quejaba la animada kunoichi.
La chica había decidido ir a comprar arcilla para seguir jugando y tal vez hacer una que otra máscara extra por si se rompía la que lucía en ese mismo instante. Pero la caprichosa resultó ser lo suficientemente brillante para ir a hacerlo a una ciudad fuera del mismo país. ~ Y... ¿Dónde quedaba...? ~ Se preguntó la pelirroja justo al llegar a una intersección en aquellos senderos habitualmente concurridos por caravanas de comerciantes.
- ¿Por qué no pedimos indicaciones? - Preguntó la mujer justo al momento en que la idea cruzó la cabeza de la kunoichi. Así que si, Ritsuko estaba dispuesta a pedir algún tipo de indicación para llegar a algún lugar donde vendieran arcilla, pero tenía el problema de que no había nadie por la zona. - Y... ¿A quién le pregunto? Dudo que la piedra sepa decirme... - Decía la pelirroja mientras se desviaba por el camino de la derecha, sin motivo aparente.
Caminar sin parar en dirección fija, siguiendo el sendero con la esperanza de algún día llegar a algún pueblo antes de morir de hambre. ¡Esa era la motivación de la kunoichi! ¡Ese era su camino ninja! Derechito y por la sombra de ser posible. - Mamá... ¿Falta mucho...? -
Pero la cosa no fue tan sencilla ¿O si? Bueno, la cuestión es que Ritsuko a la distancia pudo ver una silueta en movimiento. ~ ¿Algún mercader...? ~ Se preguntó a si misma mientras aceleraba el paso para encontrarse con la persona. Desde atrás supuso que sería una mujer puesto que poseía una larga cabellera, tan roja como la propia pero algo más corta.
Aunque la cosa no quedó en solo 'verla', sino que prefirió acelerar más luego de ponerse la capucha de su gabardina y acercarse aún más a la persona para de paso llevarse la sorpresa de la bandana que traía en el brazo izquierdo y de paso que se trataba (tal vez) de un chico. - ¡Shinobi! - Chilló la kunoichi a los cuatro vientos, al mismo tiempo que daba un saltito para alejarse del shinobi y le apuntaba con el dedo anular (si, el anular) de una forma un tanto 'acusadora'. - ¿Eres chico o chica...? - Agregó al rato, SOLO para asegurarse de que estaba hablando con un chico.
La chica había decidido ir a comprar arcilla para seguir jugando y tal vez hacer una que otra máscara extra por si se rompía la que lucía en ese mismo instante. Pero la caprichosa resultó ser lo suficientemente brillante para ir a hacerlo a una ciudad fuera del mismo país. ~ Y... ¿Dónde quedaba...? ~ Se preguntó la pelirroja justo al llegar a una intersección en aquellos senderos habitualmente concurridos por caravanas de comerciantes.
- ¿Por qué no pedimos indicaciones? - Preguntó la mujer justo al momento en que la idea cruzó la cabeza de la kunoichi. Así que si, Ritsuko estaba dispuesta a pedir algún tipo de indicación para llegar a algún lugar donde vendieran arcilla, pero tenía el problema de que no había nadie por la zona. - Y... ¿A quién le pregunto? Dudo que la piedra sepa decirme... - Decía la pelirroja mientras se desviaba por el camino de la derecha, sin motivo aparente.
Caminar sin parar en dirección fija, siguiendo el sendero con la esperanza de algún día llegar a algún pueblo antes de morir de hambre. ¡Esa era la motivación de la kunoichi! ¡Ese era su camino ninja! Derechito y por la sombra de ser posible. - Mamá... ¿Falta mucho...? -
Pero la cosa no fue tan sencilla ¿O si? Bueno, la cuestión es que Ritsuko a la distancia pudo ver una silueta en movimiento. ~ ¿Algún mercader...? ~ Se preguntó a si misma mientras aceleraba el paso para encontrarse con la persona. Desde atrás supuso que sería una mujer puesto que poseía una larga cabellera, tan roja como la propia pero algo más corta.
Aunque la cosa no quedó en solo 'verla', sino que prefirió acelerar más luego de ponerse la capucha de su gabardina y acercarse aún más a la persona para de paso llevarse la sorpresa de la bandana que traía en el brazo izquierdo y de paso que se trataba (tal vez) de un chico. - ¡Shinobi! - Chilló la kunoichi a los cuatro vientos, al mismo tiempo que daba un saltito para alejarse del shinobi y le apuntaba con el dedo anular (si, el anular) de una forma un tanto 'acusadora'. - ¿Eres chico o chica...? - Agregó al rato, SOLO para asegurarse de que estaba hablando con un chico.