7/04/2019, 18:20
Hacía frío. Bastante frío, a decir verdad. Pero eso no iba a detener a nuestro querido Daruu en su importante empresa, ¿verdad? Claro que no. Al fin y al cabo, lo que llevaba a Daruu a aquellas avenidas tan lustrosas de la aldea, llenas de carteles de neón y cartones plastificados con ofertas de todo tipo, era una verdaderamente increíble misión.
No obstante al llegar a su destino descubrió que no iba a ser capaz de lograrlo sin alguien más. Y ahí es donde entra la otra persona. Su cómplice. Su compañero.
Un genin rubio con cara de estar perdido al que Daruu asaltó por la espalda.
—¡Eh, hola, compañero! —le saludó, poniéndole una mano en el hombro—. Escucha, necesito desesperadamente algo de ayuda. Eres genin, ¿no? Por favor, ayuda a este pobre chunin.
No obstante al llegar a su destino descubrió que no iba a ser capaz de lograrlo sin alguien más. Y ahí es donde entra la otra persona. Su cómplice. Su compañero.
Un genin rubio con cara de estar perdido al que Daruu asaltó por la espalda.
—¡Eh, hola, compañero! —le saludó, poniéndole una mano en el hombro—. Escucha, necesito desesperadamente algo de ayuda. Eres genin, ¿no? Por favor, ayuda a este pobre chunin.