7/04/2019, 20:51
Calabaza suspiró con visible impotencia. Estaba dolorido todavía por el ataque a su más vulnerable virilidad, cansado por la carrera huyendo de Ayame y su forcejeo, asustado ante la posibilidad de que Ushi y Ashi les hubieran seguido y tan sólo estuviesen esperando a que la ninja se fuera de allí para caerle encima a él a golpes, frustrado porque había perdido su dosis de aquella noche, hambriento porque llevaba todo el día sin comer...
Incluso un yonqui tenía sus límites. Así que el joven se limitó a encogerse entre sus cartones, echándose la manta por encima de las piernas que abrazó con ambos brazos mientras se llevaba las rodillas al pecho. «No... No pasa nada... Todavía tengo algo de dinero... Sí... M... Mañana, mañana iré a comprar algo de comer, algo de agua, esta... Esta chica tiene razón. Me buscaré un trabajo, así podré ganar más dinero... Quizás alquilar algo en el hostal de Banadoru, sí... Una cama caliente», se mintió a sí mismo. Luego volvió a suspirar mientras enterraba la cabeza entre las rodillas. Ya había tenido suficiente de aquel mundo real tan hostil por ese día.
—Adiós —masculló.
Incluso un yonqui tenía sus límites. Así que el joven se limitó a encogerse entre sus cartones, echándose la manta por encima de las piernas que abrazó con ambos brazos mientras se llevaba las rodillas al pecho. «No... No pasa nada... Todavía tengo algo de dinero... Sí... M... Mañana, mañana iré a comprar algo de comer, algo de agua, esta... Esta chica tiene razón. Me buscaré un trabajo, así podré ganar más dinero... Quizás alquilar algo en el hostal de Banadoru, sí... Una cama caliente», se mintió a sí mismo. Luego volvió a suspirar mientras enterraba la cabeza entre las rodillas. Ya había tenido suficiente de aquel mundo real tan hostil por ese día.
—Adiós —masculló.