9/04/2019, 15:35
(Última modificación: 9/04/2019, 15:36 por Aotsuki Ayame.)
Daruu le pasó el brazo por detrás de los hombros.
—Por eso mismo iremos directamente a pedirle ayuda a ella, de cara —insistió, con una sonrisa—. Creo que me tiene algo de estima, y la última vez cumplí a rajatabla sus órdenes. Puedo tratar de convencerla.
»Tú eres una genin, pero al fin y al cabo eres la genin más fuerte de la aldea... y la segunda ninja más fuerte de la aldea —añadió, y tras apartarse le dio un cozado amistoso en el costado—. Por detrás de mi.
—¡Já! Eso habría que verlo. ¡Te recuerdo que la última vez que entrenamos fui yo quien ganó! —replicó Ayame, henchida de orgullo.
Claro que había pasado mucho tiempo desde aquello. Y ese combate se produjo justo después de que esa maldita Naia le hubo robado los ojos. Ambos habían evolucionado mucho desde entonces; y, aunque le fastidiaba admitirlo, él lo había hecho a pasos de gigante.
Ayame aún no estaba muy convencida de que Yui fuese a dejarla marchar así como así, pero decidió abandonar aquellos pensamientos. Después de todo, aquella peculiar kunoichi nunca había sido demasiado fiel a las normas. Y no pensaba dejar marchar a Daruu sin ella.
—Será mejor que volvamos al hotel.
—Por eso mismo iremos directamente a pedirle ayuda a ella, de cara —insistió, con una sonrisa—. Creo que me tiene algo de estima, y la última vez cumplí a rajatabla sus órdenes. Puedo tratar de convencerla.
»Tú eres una genin, pero al fin y al cabo eres la genin más fuerte de la aldea... y la segunda ninja más fuerte de la aldea —añadió, y tras apartarse le dio un cozado amistoso en el costado—. Por detrás de mi.
—¡Já! Eso habría que verlo. ¡Te recuerdo que la última vez que entrenamos fui yo quien ganó! —replicó Ayame, henchida de orgullo.
Claro que había pasado mucho tiempo desde aquello. Y ese combate se produjo justo después de que esa maldita Naia le hubo robado los ojos. Ambos habían evolucionado mucho desde entonces; y, aunque le fastidiaba admitirlo, él lo había hecho a pasos de gigante.
Ayame aún no estaba muy convencida de que Yui fuese a dejarla marchar así como así, pero decidió abandonar aquellos pensamientos. Después de todo, aquella peculiar kunoichi nunca había sido demasiado fiel a las normas. Y no pensaba dejar marchar a Daruu sin ella.
—Será mejor que volvamos al hotel.