9/04/2019, 22:25
(Última modificación: 9/04/2019, 22:26 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
—¡Nyo me grite, por favor, Anyame-nyan nyo me grite! —pidió el gato, asustado.
—Ay, perdón, perdón, es que...
—Nyo digo nyojos, digo NYOJOS. ¡Con los que ves las cosas!
—Eh... ¿Gafas? —preguntó Ayame, ladeando la cabeza.
—Hablaron sobre un nyinyo Uchiha al que le quitaron los nyojos. Vi su cadáver. Suélteme por favor. ¡Porfa!
No hizo falta que se lo repitiera dos veces. Ayame, en shock, había abierto las manos y había dejado caer al gato sin ningún tipo de consideración. Y es que las piezas habían terminado de hacer click en su cabeza: niño, Uchiha, ojos... Niño... Un niño... Su Sharingan... Sus ojos... Sus ojos... A un niño...
Terriblemente mareada y pálida como la cera, Ayame se acercó a la puerta del baño y llamó con los nudillos débilmente.
—Daruu... necesito... entrar...
—Ay, perdón, perdón, es que...
—Nyo digo nyojos, digo NYOJOS. ¡Con los que ves las cosas!
—Eh... ¿Gafas? —preguntó Ayame, ladeando la cabeza.
—Hablaron sobre un nyinyo Uchiha al que le quitaron los nyojos. Vi su cadáver. Suélteme por favor. ¡Porfa!
No hizo falta que se lo repitiera dos veces. Ayame, en shock, había abierto las manos y había dejado caer al gato sin ningún tipo de consideración. Y es que las piezas habían terminado de hacer click en su cabeza: niño, Uchiha, ojos... Niño... Un niño... Su Sharingan... Sus ojos... Sus ojos... A un niño...
Terriblemente mareada y pálida como la cera, Ayame se acercó a la puerta del baño y llamó con los nudillos débilmente.
—Daruu... necesito... entrar...