10/04/2019, 21:05
Asobu fue, criado específicamente para engañar. El espía que toda organización querría ver en sus filas. De hecho, Kotori Asobu siempre fue el seudónimo que utilizaba para camuflajearse del mundo. Toda emoción o rencor que pudiera tener hacia sus víctimas o a su propio señor siempre había quedado sepultada. ¿Su verdadero nombre? No había muchos que pudieran responderte esa pregunta. Una personalidad totalmente falsa, un nombre totalmente falso, una historia totalmente falsa, incluso una voz totalmente falsa.
Oh, eso lo sabía Shunsuke perfectamente. Sabía que Asobu nunca usaba su voz real en medio de un trabajo, por lo que al escucharlo hablar sin un falseto, todas las alarmas se dispararon. Asobu nunca cometería un error de principiante como ese. Y sin embargo, no pareció importarle demasiado.
Lo que Datsue vería en su rostro, era una extraña cara sonriente, amable. Pero no, no era otro súper asesino cómo el falso enfermero. Era algo, sincero. Tal vez, y sólo tal vez, debió dejar que Asobu le explicara un poco más cómo era la relación laboral entre ellos dos. Porque cuando dijo que Shunsuke no sabía quedarse callado, no exageraba en lo absoluto.
—Ay por favor, te faltan décadas para ser tan bueno cómo Asobu— se encogió de hombros. —¿Ni siquiera puedes tender bien una trampa? Bueno, me da igual, de todas formas yo no soy yo. HAHA. Así que no te molestes. ¿Puedo pasar?— Hablaba totalmente despreocupado, sin importarle en nada ocultar que trabajaban juntos, aunque de estas cosas Datsue ya se había dado cuenta con antelación con toda seguridad.
Aquello, era lo que tenía nervioso a Mano Cortada. Esa actitud despreocupada y alegre. Tanta, que desde un inicio delató a su propio compañero delante de él mucho antes de llegar a su casa.
Shunsuke no tenía un tornillo flojo, directamente le faltaban más de uno.
Oh, eso lo sabía Shunsuke perfectamente. Sabía que Asobu nunca usaba su voz real en medio de un trabajo, por lo que al escucharlo hablar sin un falseto, todas las alarmas se dispararon. Asobu nunca cometería un error de principiante como ese. Y sin embargo, no pareció importarle demasiado.
Lo que Datsue vería en su rostro, era una extraña cara sonriente, amable. Pero no, no era otro súper asesino cómo el falso enfermero. Era algo, sincero. Tal vez, y sólo tal vez, debió dejar que Asobu le explicara un poco más cómo era la relación laboral entre ellos dos. Porque cuando dijo que Shunsuke no sabía quedarse callado, no exageraba en lo absoluto.
—Ay por favor, te faltan décadas para ser tan bueno cómo Asobu— se encogió de hombros. —¿Ni siquiera puedes tender bien una trampa? Bueno, me da igual, de todas formas yo no soy yo. HAHA. Así que no te molestes. ¿Puedo pasar?— Hablaba totalmente despreocupado, sin importarle en nada ocultar que trabajaban juntos, aunque de estas cosas Datsue ya se había dado cuenta con antelación con toda seguridad.
Aquello, era lo que tenía nervioso a Mano Cortada. Esa actitud despreocupada y alegre. Tanta, que desde un inicio delató a su propio compañero delante de él mucho antes de llegar a su casa.
Shunsuke no tenía un tornillo flojo, directamente le faltaban más de uno.