11/04/2019, 22:09
(Última modificación: 11/04/2019, 22:09 por Inuzuka Etsu.)
En ese momento de tranquilidad en que ambos podían hablar y debatir con suma calma, una voz comenzó a llamar la atención levemente en el pasillo. Buscaba a alguien, o bien buscaba algo, pues era acompañada por diversas conversaciones e incluso aperturas de puertas. Conforme se acercó a la sala en que estaban Etsu, Akane y Ranko, lo que ésta persona buscaba se esclareció rápidamente. Andaba buscando a Ranko, y la encontró al entrar finalmente a la sala.
—¿Mmmhh?
La chica que entró era bastante parecida a Ranko, salvo que quizás parecía algo mas baja, y con un carácter más firme. Al menos eso último si que era seguro. La recién llegada vociferó el nombre de la kunoichi, y le lanzó tremendo rapapolvo. Al parecer la había tenido que estar buscando por cinco minutos, y eso había sido demasiado. Bueno, quizás hubiesen personas a los que cinco minutos le pareciesen décadas...
Ranko no llegó siquiera a contestar bien, preguntándose qué sucedía, o porqué estaba esa chica allí. Pero ésta no titubeaba un solo segundo, contesto de manera franca que el padre las estaba esperando y la madre se habría olvidado de decírselo. Debían irse, y rápido. Ranko pareció sorprendida, aunque no podía negarse al parecer. A todo ésto, la que recién había entrado en el tatami, saludó a Etsu así como a Akane, de una peculiar manera. Incluso pidió permiso para llevarse a su hermana.
—H-hola, hermana de Ranko —contestó a la susodicha —claro que puedes llevarte a tu hermana, sé muy bien que los compromisos familiares son lo primero...
»Cuando quieras podemos volver a entrenar, Ranko. Quizás para la próxima vez pueda mostrarte un poco del estilo Hierro borracho.
Parecía que éste era el hasta luego.
—¿Mmmhh?
La chica que entró era bastante parecida a Ranko, salvo que quizás parecía algo mas baja, y con un carácter más firme. Al menos eso último si que era seguro. La recién llegada vociferó el nombre de la kunoichi, y le lanzó tremendo rapapolvo. Al parecer la había tenido que estar buscando por cinco minutos, y eso había sido demasiado. Bueno, quizás hubiesen personas a los que cinco minutos le pareciesen décadas...
Ranko no llegó siquiera a contestar bien, preguntándose qué sucedía, o porqué estaba esa chica allí. Pero ésta no titubeaba un solo segundo, contesto de manera franca que el padre las estaba esperando y la madre se habría olvidado de decírselo. Debían irse, y rápido. Ranko pareció sorprendida, aunque no podía negarse al parecer. A todo ésto, la que recién había entrado en el tatami, saludó a Etsu así como a Akane, de una peculiar manera. Incluso pidió permiso para llevarse a su hermana.
—H-hola, hermana de Ranko —contestó a la susodicha —claro que puedes llevarte a tu hermana, sé muy bien que los compromisos familiares son lo primero...
»Cuando quieras podemos volver a entrenar, Ranko. Quizás para la próxima vez pueda mostrarte un poco del estilo Hierro borracho.
Parecía que éste era el hasta luego.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~