13/04/2019, 11:56
Daruu se rascó la coronilla cuando Juro volvió a elogiarle.
—¡Gracias!
—B-bueno, la verdad es que no soy muy bueno orientándome. ¿Crees que podrías devolverme al lugar dónde peleamos? Más o menos a partir de ahí sabría llegar a la villa, solo es rehacer el camino después de todo.
«¿¡Ha... hasta allí!?»
Una hora después, dos figuras cabalgaban sobre un yermo semi-desolado en el lomo de dos caballos de caramelo consistente de color negro. Una de ellas cargaba un saco lleno de piezas de su antigua marioneta.
Daruu se bajó del caballo.
—Bueeeno, pues aquí fue —dijo. Suspiró. No se creía que hubiera tenido que acompañarlo tan lejos de Yachi. «¡El cabrón este es capaz de perderse y aparecer en la guarida de los Generales!»—. Bueno, Juro-kun. Estás siempre invitado a mi casa, ¿eh? Esto es, ¡si la encuentras!
Se echó a reír.
—¡Gracias!
—B-bueno, la verdad es que no soy muy bueno orientándome. ¿Crees que podrías devolverme al lugar dónde peleamos? Más o menos a partir de ahí sabría llegar a la villa, solo es rehacer el camino después de todo.
«¿¡Ha... hasta allí!?»
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Una hora después, dos figuras cabalgaban sobre un yermo semi-desolado en el lomo de dos caballos de caramelo consistente de color negro. Una de ellas cargaba un saco lleno de piezas de su antigua marioneta.
Daruu se bajó del caballo.
—Bueeeno, pues aquí fue —dijo. Suspiró. No se creía que hubiera tenido que acompañarlo tan lejos de Yachi. «¡El cabrón este es capaz de perderse y aparecer en la guarida de los Generales!»—. Bueno, Juro-kun. Estás siempre invitado a mi casa, ¿eh? Esto es, ¡si la encuentras!
Se echó a reír.