29/10/2015, 21:32
La situación saltaba fuera de lo común. Entendiéndose que lo común era que dos personas que se encontraban rodeadas por matones corrieran despavoridas. Aunque eran ninjas y con aquello habilidosos guerreros las cosas jamás eran como se esperarían. Tal como el cambio de actitud del calvo, que pasaba de ser sereno y precavido a tornarse osado y desafiante, como si de alguna manera quisiera disfrutar de aquel momento. A Kazuma le agradaba eso, después de todo, la gente que no se amilanaba y que no tenia temor de ensuciarse las manos era las que solían hacerle mejor compañía cuando era hora de buscar problemas.
—Personalmente no creo en el “Pelear limpio” así que puedes entrarles como mejor te parezca —le respondió a su compañero.
Luego de decir aquello, el sujeto al cual tenía sujetado por la muñeca trato de forcejar para soltarse, pero rápidamente el Ishimura le pateo para que cayera al suelo, mientras que por su izquierda se acercaba otro matón con un puñal en mano.
El grupo de atacantes no lo sabía, pero enfrentar al joven de cabellos blancos en un combate mano a mano era la peor de las decisiones. Atacar a un usuario de Kenjutsu con un arma que se asemejaba más un cuchillo de mesa. Definitivamente la ignorancia y el exceso de confianza le jugarían una mala jugarreta a alguien esa noche.
Cuando el sujeto estuvo dentro de su rango de acción, el ojos grises utilizo aquella vieja técnica de desarme que había aprendido hace tanto. En cuanto fue despojado del arma sus manos se desorganizaron de manera que no encontraba que sujetar. Sin embargo el Ishimura no dudo y haciendo uso de su coordinación superior, hizo girar el cuchillo en su mano para luego proceder a clavarlo en el hombro de su atacante.
Pero las cosas estaban lejos de terminar, pues aquella herida no lo reduciría por mucho tiempo y aun quedaban otros tres como él.
—Personalmente no creo en el “Pelear limpio” así que puedes entrarles como mejor te parezca —le respondió a su compañero.
Luego de decir aquello, el sujeto al cual tenía sujetado por la muñeca trato de forcejar para soltarse, pero rápidamente el Ishimura le pateo para que cayera al suelo, mientras que por su izquierda se acercaba otro matón con un puñal en mano.
El grupo de atacantes no lo sabía, pero enfrentar al joven de cabellos blancos en un combate mano a mano era la peor de las decisiones. Atacar a un usuario de Kenjutsu con un arma que se asemejaba más un cuchillo de mesa. Definitivamente la ignorancia y el exceso de confianza le jugarían una mala jugarreta a alguien esa noche.
Cuando el sujeto estuvo dentro de su rango de acción, el ojos grises utilizo aquella vieja técnica de desarme que había aprendido hace tanto. En cuanto fue despojado del arma sus manos se desorganizaron de manera que no encontraba que sujetar. Sin embargo el Ishimura no dudo y haciendo uso de su coordinación superior, hizo girar el cuchillo en su mano para luego proceder a clavarlo en el hombro de su atacante.
Pero las cosas estaban lejos de terminar, pues aquella herida no lo reduciría por mucho tiempo y aun quedaban otros tres como él.