29/10/2015, 21:32
La jovencita parecía haber quedado maravillada ante aquel paisaje. Lo cual no era para menos puesto que se trataba de un lugar que transmitía mucha alegría y vitalidad. El mismo Kazuma lo sentía así en las ocasiones en que visitaba aquel lugar y sentía que podía olvidarse de los pequeños problemas mundanos que lo aquejaban diariamente. Sin embargo visitaba cada vez menos aquel sitio, puesto que como shinobi no podía permitirse al apartarse y olvidarse de sus problemas y responsabilidades.
—Bueno, en realidad no es que me gusten mucho, pero podría decirse que soy bastante diestro con ellas.
El Ishimura no buscaba sonar presuntuoso, pero se encontraba bastante orgulloso de lo referido a su habilidad manual. Ya fuese con las armas o con simples juguetes recreativos.
—Creo que podría ser una buena oportunidad para que intentes volar una —Le dijo a su pasajera.
Llevo el carruaje hasta el borde del claro, lugar donde lo detuvo. Se bajo del mismo y aseguro lo que parecían ser unas especies de cuñas que debían hacer de frenos. Seguidamente espero de pie junto al carruaje mientras miraba minuciosamente los alrededores. Hasta que por fin dio con lo que buscaba.
—¡hey aquí! —le grito a alguien cercano.
Se trataba de un hombre mayor que tiraba de un carrito de madera que parecía estar lleno de juguetes. El anciano se detuvo y Kazuma procedió a hablar con él mientras le mostraba su mercancía. Luego de inspeccionarla por un momento el ojosgrises se decanto por una pequeña cometa de colores muy vivos, le puso unas cuantas monedas en la mano al sujeto que volvió a su camino mientras el joven se alejaba.
Cuando se encontró de vuelta en el carruaje, sin subirse se acerco a donde se encontraba Eri y procedió mostrarle lo que tenía en manos.
—Mira, esta es una cometa sencilla. Es ideal para quienes están aprendiendo a manejarlas.
—¿No quisiera tratar de elevarla un rato? —le pregunto a la jovencita—. El cordel es bastante largo, así que no hace falta que te bajes del carruaje.
—Bueno, en realidad no es que me gusten mucho, pero podría decirse que soy bastante diestro con ellas.
El Ishimura no buscaba sonar presuntuoso, pero se encontraba bastante orgulloso de lo referido a su habilidad manual. Ya fuese con las armas o con simples juguetes recreativos.
—Creo que podría ser una buena oportunidad para que intentes volar una —Le dijo a su pasajera.
Llevo el carruaje hasta el borde del claro, lugar donde lo detuvo. Se bajo del mismo y aseguro lo que parecían ser unas especies de cuñas que debían hacer de frenos. Seguidamente espero de pie junto al carruaje mientras miraba minuciosamente los alrededores. Hasta que por fin dio con lo que buscaba.
—¡hey aquí! —le grito a alguien cercano.
Se trataba de un hombre mayor que tiraba de un carrito de madera que parecía estar lleno de juguetes. El anciano se detuvo y Kazuma procedió a hablar con él mientras le mostraba su mercancía. Luego de inspeccionarla por un momento el ojosgrises se decanto por una pequeña cometa de colores muy vivos, le puso unas cuantas monedas en la mano al sujeto que volvió a su camino mientras el joven se alejaba.
Cuando se encontró de vuelta en el carruaje, sin subirse se acerco a donde se encontraba Eri y procedió mostrarle lo que tenía en manos.
—Mira, esta es una cometa sencilla. Es ideal para quienes están aprendiendo a manejarlas.
—¿No quisiera tratar de elevarla un rato? —le pregunto a la jovencita—. El cordel es bastante largo, así que no hace falta que te bajes del carruaje.