18/04/2019, 14:13
Las cosas no estaban sino a punto de complicarse todavía más. Pero que mucho más.
La intrascendente discusión que se estaba cociendo a tres bandas pronto quedó eclipsada por problemas de verdad. Uno de ellos era enorme, una guacamaya que bien podía tener seis metros de envergadura. Otro, más pequeño, con cuatro extremidades y solo un ojo. Ambos problemas por separado eran fáciles de resolver. Juntos era otra cosa. Juntos era como enfrentarte a una carrera de fondo al mismo tiempo que llevas una cesta con huevos sobre la cabeza, con la inmediata descalificación si uno de ellos se rompe.
Y, hablando de carreras… Bando usó su ya habitual táctica de huir con el rabo entre las piernas.
Datsue silbó, llevándose dos dedos a la boca. Un silbido fuerte y prolongado, muy característico. Galante lo oyó. El sello que llevaba en el lomo reaccionó. Y un poderoso vendaval impulsó a Bando hacia el cielo, justo cuando pasaba por debajo de Shunsuke y su ave.
—¡Oh! ¡Bien hecho, Bando! ¡Coge a Homura! ¡Sáaaaaaaalvalaaaaa!
Ni adrede le hubiese salido mejor. Aunque tampoco es que le importase demasiado Homura. Aquella tipa no había dejado de darle por culo durante toda la semana, jamás agradeciéndole ni una sola vez que hubiese vengado a su padre o hubiese salvado al pueblo de la quema. Era más, ¿qué solía decir? «Ah, sí. ¡Yo no te pedí que lo hicieses! Ah, ¿no? ¡Pues ahora te jodes, no voy a mover ni un dedo por ti!»
—Roga… Lo mejor sería dejar las recriminaciones para después. Este tipo es de los fuertes —dijo, cuando el chico le echó en cara su juicio positivo sobre aquel hombre. Tenía razón, eso tenía que reconocérselo. Se la habían colado pero bien. Mas no era el momento. No lo era.
«¿Bando?», pensó Datsue, cuando vio una de las rosas ya cortadas.
Sin perder más tiempo, cortó la suya y se la selló en el antebrazo. Ahí estaría segura. A salvo de cualquier eventualidad.
—¡Arre! ¡ARRE! —Era hora de volver. Era hora de ganar aquella jodida carrera.
La intrascendente discusión que se estaba cociendo a tres bandas pronto quedó eclipsada por problemas de verdad. Uno de ellos era enorme, una guacamaya que bien podía tener seis metros de envergadura. Otro, más pequeño, con cuatro extremidades y solo un ojo. Ambos problemas por separado eran fáciles de resolver. Juntos era otra cosa. Juntos era como enfrentarte a una carrera de fondo al mismo tiempo que llevas una cesta con huevos sobre la cabeza, con la inmediata descalificación si uno de ellos se rompe.
Y, hablando de carreras… Bando usó su ya habitual táctica de huir con el rabo entre las piernas.
Datsue silbó, llevándose dos dedos a la boca. Un silbido fuerte y prolongado, muy característico. Galante lo oyó. El sello que llevaba en el lomo reaccionó. Y un poderoso vendaval impulsó a Bando hacia el cielo, justo cuando pasaba por debajo de Shunsuke y su ave.
—¡Oh! ¡Bien hecho, Bando! ¡Coge a Homura! ¡Sáaaaaaaalvalaaaaa!
Ni adrede le hubiese salido mejor. Aunque tampoco es que le importase demasiado Homura. Aquella tipa no había dejado de darle por culo durante toda la semana, jamás agradeciéndole ni una sola vez que hubiese vengado a su padre o hubiese salvado al pueblo de la quema. Era más, ¿qué solía decir? «Ah, sí. ¡Yo no te pedí que lo hicieses! Ah, ¿no? ¡Pues ahora te jodes, no voy a mover ni un dedo por ti!»
—Roga… Lo mejor sería dejar las recriminaciones para después. Este tipo es de los fuertes —dijo, cuando el chico le echó en cara su juicio positivo sobre aquel hombre. Tenía razón, eso tenía que reconocérselo. Se la habían colado pero bien. Mas no era el momento. No lo era.
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«¿Bando?», pensó Datsue, cuando vio una de las rosas ya cortadas.
Sin perder más tiempo, cortó la suya y se la selló en el antebrazo. Ahí estaría segura. A salvo de cualquier eventualidad.
—¡Arre! ¡ARRE! —Era hora de volver. Era hora de ganar aquella jodida carrera.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado