18/04/2019, 19:21
El grupo de comerciantes había evacuado a tiempo como para permitirle observas aquel alboroto. El muchacho del árbol había incrustado de lleno su pie en la cara de aquel que le estaba defendiendo, haciéndolo rodar por el suelo. Kazuma no pudo sino pensar en que a veces el papel de mediador es el que se lleva la peor parte.
—¡Kingu-san! —Le llamó la atención mientras le apuntaba con el dedo acusador—. ¡Estaba a mitad de explicar que no eres un delincuente!
El peliblanco recordó las palabras de su maestro respecto a uno de los asuntos legales que tanto le ocupaban: “que ingrata es la tarea de un jurisconsulto cuando el defendido se siente con la libertad de azotarle y ponerle en evidencia”. Si, era como aquel cuento del sujeto que por la mala suerte termino siendo abogado de un demonio.
—¿Cómo que un delincuente? ¿Qué mierda? —pregunto irritado, para luego girarse y caminar hacia Kazuma.
No supo que decir mientras el de ojos dorados se acercaba hacia él y le plantaba cara.
—¿Cuantos años se supone que tenéis? Porque actúas peor que un viejito —arrojo, como provocándole.
—Tengo catorce años y… —Y no quiso contradecir lo de su vejes prematura, pues ya se lo habían dicho en infinidad de ocasiones: esa paciencia, esa serenidad y poca reacción; eran típicas de la gente mayor y él lo sabía.
—Yo soy, King Rōga —declaro, mientras hacia una presentación de carácter bastante teatral.
—¡Fantástico! —alabo mientras aplaudía suave e inocentemente—. No sabía que los pandilleros se presentaran de forma tan mona.
—¡Kingu-san! —Le llamó la atención mientras le apuntaba con el dedo acusador—. ¡Estaba a mitad de explicar que no eres un delincuente!
El peliblanco recordó las palabras de su maestro respecto a uno de los asuntos legales que tanto le ocupaban: “que ingrata es la tarea de un jurisconsulto cuando el defendido se siente con la libertad de azotarle y ponerle en evidencia”. Si, era como aquel cuento del sujeto que por la mala suerte termino siendo abogado de un demonio.
—¿Cómo que un delincuente? ¿Qué mierda? —pregunto irritado, para luego girarse y caminar hacia Kazuma.
No supo que decir mientras el de ojos dorados se acercaba hacia él y le plantaba cara.
—¿Cuantos años se supone que tenéis? Porque actúas peor que un viejito —arrojo, como provocándole.
—Tengo catorce años y… —Y no quiso contradecir lo de su vejes prematura, pues ya se lo habían dicho en infinidad de ocasiones: esa paciencia, esa serenidad y poca reacción; eran típicas de la gente mayor y él lo sabía.
—Yo soy, King Rōga —declaro, mientras hacia una presentación de carácter bastante teatral.
—¡Fantástico! —alabo mientras aplaudía suave e inocentemente—. No sabía que los pandilleros se presentaran de forma tan mona.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)
