20/04/2019, 01:58
Con cada movimiento, se aguantaba de pegar un grito en el sitio. El crack final fue el peor, pero así como llegó el dolor, regresó la anhelada movilidad de forma tosca pero efectiva. Estaba en su lugar.
—Gracias— comentó mientras apretaba y abría el puño para comprobar el estado de su brazo. —¿Caballo?— ¡Era verdad!
Cuando la rescató ella no estaba montada. Inmediatamente se acercó a la pelirroja.
—¡Oye! Habla con más calma, así podrémos entenderte—. el bandido lucía mucho más amable y comprensivo de lo habitual. —¿Dices que tu yegua está por aquí?— le miró al rostro.
Ella asintió levemente con la cabeza, para luego ver al clon.
—Si la encuentras, te llevará. Está en algún... lugar. Aquí, Flamarea— se encogió de dolor.
El camello sacó fuerza de flaqueza, caminando nuevamente pero no tan rápido como Datsue pudiese desear. Aún así, bastaría para salir de las dunas.
¿Recuerdan que la segunda zona era un sitio de terreno árido y con unos pocos arroyos? De eso ya no quedaba nada.
La agrietada tierra bebió toda el agua, mientras los ríachuelos ahora eran furiosos caudales que amenazaban con arrastrar todo a su paso. La crecida era una inundación tan voraz que arrancó incluso un par de cactus. No sería raro ver prendas arrastradas a través de la corriente.
Por instinto, el animal retrocedió. No era apto para cruzar aquello.
—Gracias— comentó mientras apretaba y abría el puño para comprobar el estado de su brazo. —¿Caballo?— ¡Era verdad!
Cuando la rescató ella no estaba montada. Inmediatamente se acercó a la pelirroja.
—¡Oye! Habla con más calma, así podrémos entenderte—. el bandido lucía mucho más amable y comprensivo de lo habitual. —¿Dices que tu yegua está por aquí?— le miró al rostro.
Ella asintió levemente con la cabeza, para luego ver al clon.
—Si la encuentras, te llevará. Está en algún... lugar. Aquí, Flamarea— se encogió de dolor.
***
El camello sacó fuerza de flaqueza, caminando nuevamente pero no tan rápido como Datsue pudiese desear. Aún así, bastaría para salir de las dunas.
¿Recuerdan que la segunda zona era un sitio de terreno árido y con unos pocos arroyos? De eso ya no quedaba nada.
La agrietada tierra bebió toda el agua, mientras los ríachuelos ahora eran furiosos caudales que amenazaban con arrastrar todo a su paso. La crecida era una inundación tan voraz que arrancó incluso un par de cactus. No sería raro ver prendas arrastradas a través de la corriente.
Por instinto, el animal retrocedió. No era apto para cruzar aquello.