El mito del oeste

[King Roga]

La lluvia comenzaría a amainar, aunque no por ello su furia se calmaría con rapidez. ¿Cuanto tiempo transcurriría? Mucho, para una persona a pie y sin una montura adecuada. Por mucho que sus pies no se hundiesen gracias al chakra, el trayecto fue largo.

Para cuando divisase a la lejanía el templo, el gran portal del mismo estaría abierto de par en par invitando a los exploradores a desenmarañar los misterios que sólo una vez cada diez años eran posibles de admirar. Y sin embargo, una pequeña ave roja custodiaba la entraba cómo un nahual. Abajo en la entrada, el gran ave gris estaba posada encima del Yotsuki. Con una garra sosteniéndole la cabeza, la otra para en el suelo y el resto de su peso en su espalda. Tenía un ala extendida, cerca del cuello del chico, cómo si en cualquier momento fuese a degollarlo.

***

Las corrientes empezaban a disminuir en intensidad y grosor, pero seguían siendo intransitables. Aún así, esto era mejor que nada, porque pronto encontraría un lugar dónde poder pasar. Un derruido puente hecho de tablas sobre dos vigas sobre una zanja cavada para desviar el agua, construida para redirigir el agua a campos de riego. Lejos de la ruta principal, pero que al menos era posible pasar con algo de cuidado. No tenía baranda o protección alguna a los laterales, y la madera estaba vieja. Era avanzar o fallar.