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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#7
La kunoichi amablemente quitó mérito a su acción, denotando una gran humildad. Aunque no pudo evitar restarle importancia al alarmante quejido del vagabundo, el cuál contradictoriamente parecía enfadado de que le hubiesen ayudado. Sendos shinobis, confundidos ante la reacción del hombre, quedaron mirando al susodicho. No entendían nada, al menos Etsu no entendía una mierda...

Preguntó, porque preguntando siempre se llega hasta el lugar que se desea, o hasta algún lugar al menos. Sin embargo, el hombre pareció recular. En ésta ocasión, no se quejaba de la meritada actuación de los shinobis, si no que titubeó de manera casi incomprensible, agarrándose a que eran cosas suyas como si fuese un clavo ardiendo. El Inuzuka arqueó una ceja en lo que miraba a la kunoichi, ¿ella entendía algo?

Ésta achacó que lo de sus cosas se venía refiriendo a lo de su instrumento musical. Etsu volvió la mirada hacia el hombre, y éste otro llevó su mirada hacia su instrumento. Bueno, lo que quedaba de él...

Oh... si, rocla, rocla... —sentenció el hombre, que poco tardó en mirar a su alrededor, nervioso como una bruja en mitad de una iglesia.

Etsu miró a Akane, y éste miró al Inuzuka.

Si tu lo dices...

El chico presentía que algo no iba bien, y casi nunca fallaba con su instinto. Pero bueno, si algo podían hacer por el hombre era facilitarle el comprarse otro instrumento. El dinero era algo que sobraba en la familia Inuzuka. Sin demora, el chico comenzó a buscar en su bolsillo el monedero. Entre tanto, el hombre explotó. No literalmente.

Ir yo tengo que ya me... ciasgra, ciasgra.... exclamó el hombre, en lo que intentaba irse.

Pero Etsu alzó la mano, intentando retenerlo por un instante en lo que buscaba su monedero —un momento, un momento... quiero darte algo, solo dame un segundo —reclamó el chico, pero pese a buscarlo entre tanto con su diestra, no daba con él.

«La madre que me trajo... ¿dónde lo he guardado?»

Palpó e inspeccionó todos sus bolsillos, en lo que a regañadientes el vagabundo insistía en que debía irse. De pronto, un grito resurgió de entre las personas que ya estaba por irse. De esas que previamente habían conformado el bullicio, de esas personas que medio empapadas había optado por dejar estar la situación.

Pero no fue la única. Esa chica solo fue la que alarmó a todos e instó en buscar entre sus pertenencias.

¡MI CARTERA! ¡AL LADRÓN!

¡MI DINEROOOO!

¿¡ALGUIEN ME ROBÓ EL BOLSO!?

Entre otras... la alarma estalló, y el pánico cundió. De hecho, tanto fue así que algunos empezaron hasta a acusarse entre ellos, sin siquiera tener evidencias de ello. Etsu quedó perplejo ante la situación, sin saber qué decir... aún intentaba en un vano intento buscar su cartera, pero era una lucha perdida.

¿Qué coño...? —aún era temprano para blasfemar, se contuvo un poco.

Si Ayame se comprobaba, podría corroborar que hasta a ella le habían tomado el pelo. Su cartera tampoco estaría entre sus pertenencias.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~
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Mensajes en este tema
RE: En mosca cerrada no entran bocas - por Inuzuka Etsu - 23/04/2019, 21:23


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