30/04/2019, 00:18
Juro se ajustó el chaleco de jounin. Pasó por el baño, se peinó, y comprobó como le quedaba. Bien, logicamente. Tenía el portaobjetos bien atado, los pergaminos listos, y a Gen atado a la espalda. Con eso bastaría.
— Llevas ya más de un año haciendo misiones, ¿verdad? — le preguntó Katsue, amablemente.
— Claro.
— ...eres un jounin... — prosiguió.
— Si, lo soy — afirmó el chico, frente a la puerta.
— Entonces, Juro, querido... ¿¡Cómo coño es posible que aún no sepas el puto camino hasta el edificio del Kage!? — exclamó la mujer, más que crispada —. ¡Algún día te van a matar por tu idiotez!
— Sé el camino. No soy tan tonto — se defendió el chico —. Pero a veces suelo perderme. Es más fácil si me ayudas un poco. Dame un par de indicaciones y puede que llegue antes.
— ¡Vete afuera y espabilate un poco! — Y con un portazo, Katsue le echo de su casa.
Sí, un buen comienzo. Afortunadamente, estaba acostumbrado a salir pronto para compensar su falta de orientación.
Esa mañana había recibido un mensaje. El Morikage le requería. Por eso, tenía que darse prisa: en cuanto lo había sabido, se había cambiado a toda velocidad y se había preparado para marcharse. No era bueno hacer esperar al lider de su aldea, y menos cuando le daba por pelear con las personas que pasaban por su dojo.
« No ha ido tan mal. Ahí está, lo estoy viendo » — Solo se había desviado por una calle y se había dado cuenta enseguida. ¡Pan comido! ¡Ya tenía esto!
Entró al dojo, y tras saludar a quien estaba en la recepción, se dirigió al último piso, allá donde su lider le estaba esperando. Subió raudo las escaleras, para encontrarse con que, en la puerta, ya había alguien esperando. Lo reconoció al instante: era su fiel compañero de equipo y amigo, Yota. Kumopansa también estaba ahí.
Juro sonrió. Al menos, no iba a estar solo esta vez.
— Hey, chicos — saludó, levantando la mano derecha. Si el Morikage aún no les había dado permiso para entrar, lo iba a hacer en segundos, por lo que no iban a tener tiempo de mantener ninguna clase de conversación.
Se acercaría a ellos, dispuesto a entrar en cuanto les dieran el permiso.
— Llevas ya más de un año haciendo misiones, ¿verdad? — le preguntó Katsue, amablemente.
— Claro.
— ...eres un jounin... — prosiguió.
— Si, lo soy — afirmó el chico, frente a la puerta.
— Entonces, Juro, querido... ¿¡Cómo coño es posible que aún no sepas el puto camino hasta el edificio del Kage!? — exclamó la mujer, más que crispada —. ¡Algún día te van a matar por tu idiotez!
— Sé el camino. No soy tan tonto — se defendió el chico —. Pero a veces suelo perderme. Es más fácil si me ayudas un poco. Dame un par de indicaciones y puede que llegue antes.
— ¡Vete afuera y espabilate un poco! — Y con un portazo, Katsue le echo de su casa.
Sí, un buen comienzo. Afortunadamente, estaba acostumbrado a salir pronto para compensar su falta de orientación.
Esa mañana había recibido un mensaje. El Morikage le requería. Por eso, tenía que darse prisa: en cuanto lo había sabido, se había cambiado a toda velocidad y se había preparado para marcharse. No era bueno hacer esperar al lider de su aldea, y menos cuando le daba por pelear con las personas que pasaban por su dojo.
« No ha ido tan mal. Ahí está, lo estoy viendo » — Solo se había desviado por una calle y se había dado cuenta enseguida. ¡Pan comido! ¡Ya tenía esto!
Entró al dojo, y tras saludar a quien estaba en la recepción, se dirigió al último piso, allá donde su lider le estaba esperando. Subió raudo las escaleras, para encontrarse con que, en la puerta, ya había alguien esperando. Lo reconoció al instante: era su fiel compañero de equipo y amigo, Yota. Kumopansa también estaba ahí.
Juro sonrió. Al menos, no iba a estar solo esta vez.
— Hey, chicos — saludó, levantando la mano derecha. Si el Morikage aún no les había dado permiso para entrar, lo iba a hacer en segundos, por lo que no iban a tener tiempo de mantener ninguna clase de conversación.
Se acercaría a ellos, dispuesto a entrar en cuanto les dieran el permiso.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60