2/05/2019, 19:41
—¿No bebéis? ¡Pero si es el mejor té de Oonindo! ¡Anda, probadlo, leches! —El Morikage se llevó la taza a los labios y le dio un buen sorbo—. ¡Ahhh! Mierda, se me está enfriando ya un poco. —La taza echaba humo.
Kenzou suspiró y volvió a mirar el pergamino, que desplegado ante él, había estado releyendo toda la mañana.
—Estamos en un aprieto, chicos —dijo—. A nuestro querido Señor Feudal le ha vuelto a dar uno de esos... caprichitos especiales suyos.
»¿Sabés? Este Hikariyoubi es su cumpleaños, y bueno... nos ha pedido que enviemos a dos ninjas para que participen en un combate de exhibición para el deleite de sus... invitados. —Levantó la mirada del pergamino y los miró a los ojos.
Kenzou suspiró y volvió a mirar el pergamino, que desplegado ante él, había estado releyendo toda la mañana.
—Estamos en un aprieto, chicos —dijo—. A nuestro querido Señor Feudal le ha vuelto a dar uno de esos... caprichitos especiales suyos.
»¿Sabés? Este Hikariyoubi es su cumpleaños, y bueno... nos ha pedido que enviemos a dos ninjas para que participen en un combate de exhibición para el deleite de sus... invitados. —Levantó la mirada del pergamino y los miró a los ojos.