5/05/2019, 00:26
Fue como si hubiese entrado en una especie de trance. Mientras esperaba que Juro tomase asiento, yo ya había tomado el mío y observaba como el humo de aquella taza de té me hipnotizaba. No podía evitarlo, mientras mi cabeza daba vueltas, mis ojos seguían el zig-zag que realizaban aquellas partículas que surgían del interior de la taza. Estiré el brazo y con cuidado tome con los dedos el asa de la taza, no sin antes soplar un poco el líquido de su interior. Luego la acercaría y tragaría con cuidado.
—Estamos en un aprieto, chicos —dijo—. A nuestro querido Señor Feudal le ha vuelto a dar uno de esos... caprichitos especiales suyos.
»¿Sabés? Este Hikariyoubi es su cumpleaños, y bueno... nos ha pedido que enviemos a dos ninjas para que participen en un combate de exhibición para el deleite de sus... invitados.
Cuando el Morikage alzó la mirada, Kumopansa se lo quedó mirando. Ella no parecía entender de qué iba el asunto. No parecía querer entender el juego de las indirectas de aquel anciano.
— Le seré sincero, Morikage-sama — dije mientras dejaba la taza, medio llena sobre la mesa de nuevo — de todas las cosas que pude imaginar que iba a pedirme, ser el bufón de nuestro daimyō probablemente era algo que no entraba en mis planes, pero supongo que no tenemos opción
Miré al jounin que estaba sentando a mi lado y devolví la mirada a nuestro líder.
— ¿No es así?
Kumopansa alternaba la vista entre mí y entre el Morikage. Aún buscaba su sitio en aquel circo.
— ¿Y qué pasa conmigo?
—Estamos en un aprieto, chicos —dijo—. A nuestro querido Señor Feudal le ha vuelto a dar uno de esos... caprichitos especiales suyos.
»¿Sabés? Este Hikariyoubi es su cumpleaños, y bueno... nos ha pedido que enviemos a dos ninjas para que participen en un combate de exhibición para el deleite de sus... invitados.
Cuando el Morikage alzó la mirada, Kumopansa se lo quedó mirando. Ella no parecía entender de qué iba el asunto. No parecía querer entender el juego de las indirectas de aquel anciano.
— Le seré sincero, Morikage-sama — dije mientras dejaba la taza, medio llena sobre la mesa de nuevo — de todas las cosas que pude imaginar que iba a pedirme, ser el bufón de nuestro daimyō probablemente era algo que no entraba en mis planes, pero supongo que no tenemos opción
Miré al jounin que estaba sentando a mi lado y devolví la mirada a nuestro líder.
— ¿No es así?
Kumopansa alternaba la vista entre mí y entre el Morikage. Aún buscaba su sitio en aquel circo.
— ¿Y qué pasa conmigo?
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa