5/05/2019, 01:34
—Y una mierda, Guzen.... ¡y una mierda!
Nahana salió como una saeta hacia él, dispuesta a todo. Urami se le interpuso, entre lágrimas.
—Muévete, niña. O...
¡Bam! Urami abrazó a su madre. Ella quedó absorta, sin saber qué hacer, ni qué decir, ni cómo...
Datsue no había visto nunca a Nahana llorar. Akame fue el único que comprobó como era la gran Herrera en sus momentos más bajos. ¿Pero ahora? ahora lo vio en primera fila. El cómo las lágrimas se le escapaban solas e impotentes desde la cuenca de sus ojos, acariciándole las arrugas, y acabando en el suelo.
Nahana salió como una saeta hacia él, dispuesta a todo. Urami se le interpuso, entre lágrimas.
—Muévete, niña. O...
¡Bam! Urami abrazó a su madre. Ella quedó absorta, sin saber qué hacer, ni qué decir, ni cómo...
Datsue no había visto nunca a Nahana llorar. Akame fue el único que comprobó como era la gran Herrera en sus momentos más bajos. ¿Pero ahora? ahora lo vio en primera fila. El cómo las lágrimas se le escapaban solas e impotentes desde la cuenca de sus ojos, acariciándole las arrugas, y acabando en el suelo.