14/05/2019, 15:49
Maestra y alumno se dirigieron hasta la fragua. Datsue había estado ahí un par de veces, pero nunca la probó por su propia cuenta. Sabía cómo la usaba Soroku, como la usaba Shinjaka. Ahora era su turno.
Nahana se acercó al escaparate donde guardaba las túnicas térmicas de Soroku. Se puso una ella y le tendió otra a su pupilo.
Le miro luego, soslaya, y sonrió.
—Guzen-kun, hoy tú lideras. Seguiré tus pasos.
Nahana se acercó al escaparate donde guardaba las túnicas térmicas de Soroku. Se puso una ella y le tendió otra a su pupilo.
Le miro luego, soslaya, y sonrió.
—Guzen-kun, hoy tú lideras. Seguiré tus pasos.