14/05/2019, 16:20
Su densidad de chakra era un poco preocupante. Sólo un poco, porque comparado al tuerto este sujeto era más cercano al Uchiha. Su cantidad de chakra, bueno, ahí era otro tema.
El distraído anciano alzó la cabeza y sonrío, mostrando una dentadura totalmente forrada en baño de oro.
—¡Oh! ¿Un amigo de Bandō?— Se levantó, dándole más motivos para preocuparse al Uchiha. Porque de pronto los andrajos se vieron apretujados, intentando retener la musculatura que estaba por debajo, que sumada al metro ochenta de estatura, el anciano parecía todo menos alguien indefenso. —¿Alguien interfiriendo en la carrera? MUAJAJAJAJAJAJA. Mal año para querer pasarte de listo, que de seguro Shishio ya lo desnucó y lo colgó de los huevos— Su sonrisa era inquietante, cómo si no le estuviera viendo realmente.
Y entonces el mayor problema se hizo visible, y no, no era que sus ropas le quedaban demasiado chicas, sino que en el brazo izquierdo tenía anudada una placa de cuatro rayas verticales, con una horizontal en medio.
—Mi nombre...— Le miró con gesto altivo, cómo queriendo comprobar las intenciones del recién llegado. —En una época estuve orgulloso de esta placa, y en ese tiempo mis amigos me llamaban Kid. Ahora, pues soy un don nadie— Se encogió de hombros.
»Yo mismo le di este caballo a Bandō, ¿cómo olvidarlo? Pasó una semana recibiendo coces y caídas en su intento de montarlo hasta que este cabeza dura finalmente se aburrió de arrastrarlo por la arena.
Por mucho que sonara distraído, estaba con la guardia alta, intentando persuadir con esta sensación al Uchiha de que fuese prudente. De hecho, no le estaba viendo a los ojos, sino que cada tanto desviaba su mirar a los alrededores.
El distraído anciano alzó la cabeza y sonrío, mostrando una dentadura totalmente forrada en baño de oro.
—¡Oh! ¿Un amigo de Bandō?— Se levantó, dándole más motivos para preocuparse al Uchiha. Porque de pronto los andrajos se vieron apretujados, intentando retener la musculatura que estaba por debajo, que sumada al metro ochenta de estatura, el anciano parecía todo menos alguien indefenso. —¿Alguien interfiriendo en la carrera? MUAJAJAJAJAJAJA. Mal año para querer pasarte de listo, que de seguro Shishio ya lo desnucó y lo colgó de los huevos— Su sonrisa era inquietante, cómo si no le estuviera viendo realmente.
Y entonces el mayor problema se hizo visible, y no, no era que sus ropas le quedaban demasiado chicas, sino que en el brazo izquierdo tenía anudada una placa de cuatro rayas verticales, con una horizontal en medio.
—Mi nombre...— Le miró con gesto altivo, cómo queriendo comprobar las intenciones del recién llegado. —En una época estuve orgulloso de esta placa, y en ese tiempo mis amigos me llamaban Kid. Ahora, pues soy un don nadie— Se encogió de hombros.
»Yo mismo le di este caballo a Bandō, ¿cómo olvidarlo? Pasó una semana recibiendo coces y caídas en su intento de montarlo hasta que este cabeza dura finalmente se aburrió de arrastrarlo por la arena.
Por mucho que sonara distraído, estaba con la guardia alta, intentando persuadir con esta sensación al Uchiha de que fuese prudente. De hecho, no le estaba viendo a los ojos, sino que cada tanto desviaba su mirar a los alrededores.