18/05/2019, 21:08
Comúnmente uno pensaría que en un día de lluvia la gente tiende a no salir, pero si definirieramos tal concepto en Amegakure entonces la gente no podría salir en prácticamente ningún día de la semana, y es por todo esto que aun en un día donde la lluvia era presente como aquel y todavía era temprano como para poder ver las calles lo suficientemente pobladas, algunas personas transitaban las mismas.
En ese contexto un joven de cabellos rubios destapaba una gaseosa, y le clavaba la mirada como si entre sus manos tuviera un tesoro único en el mundo, Samidare era un reciente genin proveniente de una familia de escasos recursos y el cual poco a poco iba incursionando en este mundo shinobi. Hace poco gracias a una reunión con Daruu, un chunnin de la misma aldea, descubrió el placer de la amecola un refresco el cual seguramente era conocido por muchos de los habitantes de esa aldea, pero no por el senju el cual hasta hace poco no tomaba otra cosa que no fuese agua.
Pero dicen que lo bueno dura poco, y asi fue también en este caso, antes de que siquiera pudiera darle el primer sorbo a esa botella un sujeto paso a su lado a grandes velocidades en lo que parecía una huida, y con su codo golpeo la botella que salio disparada hacia un costado perdiendo todo su contenido en el vuelo y luego terminar de vaciarse ya en el suelo al no tener la tapa puesta. Fueron unos segundos pero el niño quedo en un breve shock, antes de reponerse con los ojos inyectados en odio.
Dio un vistazo al panorama que tenia enfrente, el sujeto que lo había golpeado estaba herido o al menos intentaba correr de una forma bastante extraña, para su mala fortuna esta persona se decidió por entrar a una sala de apuestas. Un niño que ni siquiera llegaba a los dos dígitos en su edad no seria admitido ahí, aun si se trataba de un shinobi. ¿Que podia hacer ante tal situacion?, no podia dejar pasar demasiado tiempo entre sus pensamientos y su decisión ya que esta persona se perdería entre todos los clientes de ese sitio.
En ese contexto un joven de cabellos rubios destapaba una gaseosa, y le clavaba la mirada como si entre sus manos tuviera un tesoro único en el mundo, Samidare era un reciente genin proveniente de una familia de escasos recursos y el cual poco a poco iba incursionando en este mundo shinobi. Hace poco gracias a una reunión con Daruu, un chunnin de la misma aldea, descubrió el placer de la amecola un refresco el cual seguramente era conocido por muchos de los habitantes de esa aldea, pero no por el senju el cual hasta hace poco no tomaba otra cosa que no fuese agua.
Pero dicen que lo bueno dura poco, y asi fue también en este caso, antes de que siquiera pudiera darle el primer sorbo a esa botella un sujeto paso a su lado a grandes velocidades en lo que parecía una huida, y con su codo golpeo la botella que salio disparada hacia un costado perdiendo todo su contenido en el vuelo y luego terminar de vaciarse ya en el suelo al no tener la tapa puesta. Fueron unos segundos pero el niño quedo en un breve shock, antes de reponerse con los ojos inyectados en odio.
Dio un vistazo al panorama que tenia enfrente, el sujeto que lo había golpeado estaba herido o al menos intentaba correr de una forma bastante extraña, para su mala fortuna esta persona se decidió por entrar a una sala de apuestas. Un niño que ni siquiera llegaba a los dos dígitos en su edad no seria admitido ahí, aun si se trataba de un shinobi. ¿Que podia hacer ante tal situacion?, no podia dejar pasar demasiado tiempo entre sus pensamientos y su decisión ya que esta persona se perdería entre todos los clientes de ese sitio.