18/05/2019, 22:48
En la entrada de ese lugar, aparte de los dos guardias que encargados de controlar la entrada a ese negocio, había un muchacho, uno que en todo el trayecto había estado siguiendo a el sujeto quien golpeo anteriormente a Samidare. Por toda la situacion no parecía ser un compañero, pero...¿Y entonces?, ¿Le seria de utilidad?. Aunque no el rubio no pudo ver el aspecto de este chico, pudo deducir que había pasado a la distancia, intento pasar en aquel lugar pero fue rechazado al ser menor de edad. De otra forma no habría razón para excluir a un posible cliente el cual le podia dar ingresos a todo aquel negocio.
Samidare vio antes de hacer cualquier cosa, inspecciono el lugar, no había muchos mas accesos aparentes aparte de esa puerta, y tampoco podia armar un altercado en ese lugar. Poco a poco la adrenalina del momento fue bajando, y con paso lento se fue acercando a la nueva posición de este chico el cual retrocedió a un puesto de ramen que se encontraba a pocos metros del salón de apuestas.
Al terminar de acercarse fue bajando el antifaz rojo que le cubría la frente hasta el cuello, dejándolo por arriba obviamente de la mascara la cual siempre le cubría gran parte del rostro, y también dejando a la vista la bandana ninja en su frente. -¿Conocías a ese sujeto que se estaba dando a la fuga?.- Termino por decir sin demasiada presentación y de forma un tanto vaga el senju, el cual relajadamente se sentaba prácticamente al lado de ese muchacho, y hábilmente le contestaba al dueño de ese puesto. -Déjenos la carta aquí, enseguida lo llamaremos para pedir.-
Si algo no le faltaba al niño era perspicacia, y sabia que esa situacion no era común, lo que menos quería es que un civil se entrometiese. Aunque en realidad el solo estaba allí para vengarse del idiota que tiro su refresco, la caridad no solía ser lo suyo, al menos no por iniciativa propia.
Samidare vio antes de hacer cualquier cosa, inspecciono el lugar, no había muchos mas accesos aparentes aparte de esa puerta, y tampoco podia armar un altercado en ese lugar. Poco a poco la adrenalina del momento fue bajando, y con paso lento se fue acercando a la nueva posición de este chico el cual retrocedió a un puesto de ramen que se encontraba a pocos metros del salón de apuestas.
Al terminar de acercarse fue bajando el antifaz rojo que le cubría la frente hasta el cuello, dejándolo por arriba obviamente de la mascara la cual siempre le cubría gran parte del rostro, y también dejando a la vista la bandana ninja en su frente. -¿Conocías a ese sujeto que se estaba dando a la fuga?.- Termino por decir sin demasiada presentación y de forma un tanto vaga el senju, el cual relajadamente se sentaba prácticamente al lado de ese muchacho, y hábilmente le contestaba al dueño de ese puesto. -Déjenos la carta aquí, enseguida lo llamaremos para pedir.-
Si algo no le faltaba al niño era perspicacia, y sabia que esa situacion no era común, lo que menos quería es que un civil se entrometiese. Aunque en realidad el solo estaba allí para vengarse del idiota que tiro su refresco, la caridad no solía ser lo suyo, al menos no por iniciativa propia.