19/05/2019, 20:06
Allí, en las oscuras aguas del mar profundo, Kaido se deleitaba con todo. Mientras más descendían, más se le iluminaba el alma. Se sentía más en casa. Lo cierto es que nunca había descendido tanto. Nunca había alcanzado semejante profundidad, aún y a pesar de que siempre soñó con saber qué era lo que escondía el fondo del lecho marino. Para él, era como el deseo de los humanos comunes y corrientes de encontrar lo que oculta el horizonte, o el tesoro detrás de un arcoiris.
—A ver al Rey del Océano, ¿no? —dijo, con el agua atravesando sus branquias, y generando burbujas allí cada que hablaba—. a afrontar mi destino.
—A ver al Rey del Océano, ¿no? —dijo, con el agua atravesando sus branquias, y generando burbujas allí cada que hablaba—. a afrontar mi destino.