20/05/2019, 19:06
—A todo esto sen...digo Ayame, no crees que pueda haber algo ahí abajo ¿cierto? —preguntó Samidare, con cierta expresión de asco.
Ayame no sabía qué era lo que estaba imaginando el chiquillo, pero ella sacudió una mano en el aire.
—Con suerte, no serán más que algunos gamberros haciéndose los graciosos —dijo, quitándole importancia. Aunque una vocecilla en su cabeza no tardó en recordarle que ella, precisamente ella, había acudido por la noche al Torreón de la Academia a investigar si había fantasmas allí. No quería asustar al muchacho, por lo que no dijo palabra alguna sobre aquello—. Aparte de eso, lo que siempre hay en unas alcantarillas, ya sabes... Muy agradable no va a ser —añadió, con una sonrisilla nerviosa.
¿En qué momento se le había ocurrido a la encargada enviar a una Hōzuki como ella a unas alcantarillas? ¡Unas malditas alcantarillas! ¡Lo último que le faltaba era verse obligada a utilizar su Suika y mezclarse con toda esa...! ¡AGH! Quería morirse de sólo pensarlo.
—Emmm...principios de este año —dijo de pronto Samidare.
Y a Ayame le costó unos instantes darse cuenta de que estaba respondiendo a su anterior pregunta. Eso la puso aún más nerviosa. ¡¿De verdad enviaban a un recién graduado a una misión de rango C?! O era un genio o de verdad se habían vuelto locos en la Torre de la Arashikage...
—Vaya... No... No he visto mucha gente que se graduara tan rápido —comentó, francamente sorprendida.
Ella misma había tardado un año más que el resto de sus compañeros, pero normalmente la media de edad de graduación se situaba entre los doce y los catorce años.
Quizás sí se encontraba ante un genio, después de todo.
Ayame no sabía qué era lo que estaba imaginando el chiquillo, pero ella sacudió una mano en el aire.
—Con suerte, no serán más que algunos gamberros haciéndose los graciosos —dijo, quitándole importancia. Aunque una vocecilla en su cabeza no tardó en recordarle que ella, precisamente ella, había acudido por la noche al Torreón de la Academia a investigar si había fantasmas allí. No quería asustar al muchacho, por lo que no dijo palabra alguna sobre aquello—. Aparte de eso, lo que siempre hay en unas alcantarillas, ya sabes... Muy agradable no va a ser —añadió, con una sonrisilla nerviosa.
¿En qué momento se le había ocurrido a la encargada enviar a una Hōzuki como ella a unas alcantarillas? ¡Unas malditas alcantarillas! ¡Lo último que le faltaba era verse obligada a utilizar su Suika y mezclarse con toda esa...! ¡AGH! Quería morirse de sólo pensarlo.
—Emmm...principios de este año —dijo de pronto Samidare.
Y a Ayame le costó unos instantes darse cuenta de que estaba respondiendo a su anterior pregunta. Eso la puso aún más nerviosa. ¡¿De verdad enviaban a un recién graduado a una misión de rango C?! O era un genio o de verdad se habían vuelto locos en la Torre de la Arashikage...
—Vaya... No... No he visto mucha gente que se graduara tan rápido —comentó, francamente sorprendida.
Ella misma había tardado un año más que el resto de sus compañeros, pero normalmente la media de edad de graduación se situaba entre los doce y los catorce años.
Quizás sí se encontraba ante un genio, después de todo.